Análisis semanal 325: COVID-19: De la crisis sanitaria a la crisis económica y política (20 de abril de 2020)

Año: 
2020

 

Crisis y conflicto; por lo general dos términos que se vinculan entre sí cuando se habla de fenómenos sociales. La actual crisis sanitaria generada por el COVID-19, más allá de su componente negativo, denota un carácter imperativo de cambio. Cambios de paradigmas en los sistemas de salud, de la forma de ejecutar la política y de gestionar los problemas de salubridad de las naciones. Esta crisis sanitaria, deriva consecuentemente, en una crisis económica y comercial. Pero, ¿en dónde radica la transformación en el modelo actual de producción y comercialización capitalista?

Ante una necesidad social como la que representa la neutralización del contagio del COVID-19, los Estados se ven necesitados de focalizar su aparato institucional en la contingencia de la propagación del virus. Es bien sabido que la principal herramienta empleada es el aislamiento social (voluntario o forzoso), pero una vez que el ritmo de infección adquiere un carácter comunitario, donde las autoridades pierden la capacidad de rastrear el historial de contagio, los sistemas de salud tienden a fallar, dado que deben atender tanto los casos relacionados con el virus como aquellos ajenos a este. Esto conlleva un gasto acelerado de recursos médicos hasta llegar al punto de desabasto o colapso del sistema de salud. Un claro ejemplo de esto es España [1], donde el colapso de su sistema de salud (considerado uno de los más sólidos en el mundo) ha provocado que los decesos de pacientes por COVID-19 aumentaran a más de 800 por día. Las razones se vinculan con la falta de personal médico, el desabasto de medicinas, el número limitado de respiradores mecánicos, entre otros.

Ante estas situación, los gobiernos se ven en la urgencia de importar los recursos necesarios para mantener el funcionamiento de sus sistemas de salud. Dado el carácter global de la crisis sanitaria, el incremento en la demanda de estos productos es generalizada en la comunidad internacional, generando no sólo un alza en los precios, sino acceso limitado a los suministros. Esto ha provocado en exacerbación por la compra y acumulación de los recursos médicos, la cual se ha expresado en diferentes formas: la requisa de máscaras quirúrgicas en puertos de carga, la negativa de otorgar préstamos para afrontar la crisis (Unión Europea), el intento de compra exclusiva de una posible vacuna contra el virus por parte de Estados Unidos, la compra masiva de acciones de empresas con operaciones en China por parte de su gobierno y la prohibición de las exportaciones de material médico.

Estas políticas económicas y comerciales han puesto en tela de juicio la forma en que se llevaban a cabo las transacciones de bienes y servicios, así como la integración política de los países (en el caso la Unión Europea). Y es que resulta claro que las diferencias en perspectivas fiscales han generado incisiones entre los Estados del Norte de Europa y los del Sur, siendo España e Italia los más afectados. La negativa de los primeros tiene base en un interés de soberanía financiera y política del resto de países de la eurozona. De acuerdo con el medio France 24 [2], la negativa de Alemania de implementar los “coronabonos” remite a la preocupación de que la naturaleza política de la Unión Europea cambie de ser integrativa a una más federalista, lo que implica intermediación de los países prestamistas en las políticas económicas y financieras de los países que optan por este modelo de financiamiento. Esto  conlleva un nivel de control fiscalizador del cual Alemania no desea ser parte dadas las incisiones en las relaciones diplomáticas que conlleva el cargo.

El recrudecimiento de las regulaciones a la exportación de material médico ha sido otro tema fuente de conflicto. Ante el posible riesgo de quedar desabastecidos los países con fuerte incidencia comercial optan por concentrar sus recursos productivos en materia médica a lo interno de sus fronteras. Aunado a esto, se suman los esfuerzos por requisar el material médico en distintos puntos de carga. Tal es el caso de Turquía [3], quien requisó cientos de respiradores, esenciales para el tratamiento médico de personas en cuidados intensivos y los cuales fueron pagados por las comunidades autónomas, lo cual genera una inestabilidad política a lo interno de España por la incapacidad del Gobierno de reclamarlos. Así mismo, la competencia por ver “quién da más” por los cargamentos de mascarillas quirúrgicas mantiene enfrentados a las democracias occidentales. [4]

Retos para los sistemas multilaterales

La coyuntura actual ha puesto sobre la mesa una serie de obstáculos para las naciones en el manejo de crisis de impacto mundial. Desde el funcionamiento de organismos de carácter técnico (aunque siempre con su componente político) como la OMS hasta sistemas de integración política, económica y territorial como la Unión Europea. A su vez, se plantea la necesidad de reformular los niveles de intervención que pueden ejercer los Estados sobre los flujos comerciales en tiempos de crisis.

La Organización Mundial de la Salud tiene como fin funcionar como una red de información sanitaria a nivel global para  los Estados miembros, de tal manera en que se puedan articular esfuerzos en la ejecución de estrategias para neutralizar este tipo de situaciones. El principal obstáculo que enfrenta este organismo es que depende de la voluntad de los Estados de otorgar información transparente, precisa y oportuna; de lo contrario cualquier esfuerzo en amortiguar la crisis será fútil.

En el caso de Europa, Bruselas (UE), ha urgido a los países miembros a eliminar los obstáculos a las exportaciones de productos médicos, dado que la concentración falta de circulación de los mismos imposibilita la expansión de las empresas dedicadas a esta industria. [5]. Esto no solamente evidencia los límites de la diplomacia multilateral en tiempos de crisis, sino la naturaleza del comercio internacional en tiempos de crisis.

Conclusiones

Como bien se señaló al inicio del texto, las crisis son un llamado a la transformación del estado actual de las cosas. Así como se presentan deficiencias en los sistemas de salud, la principal problemática sigue siendo de carácter político. El interés de los Estados como entes unitarios de toma decisiones en los organismos internacionales sigue limitando el alcance que pueden tener dichas instituciones en la coordinación y ejecución de políticas de contingencia globales. Ese mismo interés estatal unitario, altera las dinámicas de intercambio por medio del mercado, imposibilitando la producción masiva y distribución a corto plazo de los productos médicos esenciales para enfrentar la propagación del virus.  Se requiere además la implementación de mecanismos que obliguen a los Estados a rendir cuentas cuando sus decisiones desde el terreno de la política interna impactan el nivel de vida de la comunidad global.

Notas

[1] Ibañes, Laura. (2020). Coronavirus en España: más de 100.000 contagiados y 9.000 muertos. El Mundo. https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2020/04/06/5e8af1c5fc6c8375058b4614.html

[2] France 24. (2020). Los “coronabonos”: ¿nueva norma de solidaridad en tiempos de Covid-19?. https://www.france24.com/es/20200330-coronabonos-eurozona-economia-ue-coronavirus

[3] Sanz, Luis Ángel. (2020). Turquía requisa los respiradores de España para sus propios enfermos y el Gobierno los da por perdidos. El Mundo. https://www.elmundo.es/espana/2020/04/03/5e862ebd21efa06d7c8b461f.html

[4] Ayuso, Silvia. (2020). La guerra de las mascarillas entre Europa y EE UU. El País. https://elpais.com/sociedad/2020-04-02/la-guerra-de-las-mascarillas-enfrenta-a-europa-y-eeuu.html

[5] Pellicer, Lluís. (2020). Bruselas urge a los países a poner fin al bloqueo de material sanitario esencial. El País. https://elpais.com/sociedad/2020-03-19/bruselas-urge-a-los-paises-a-poner-fin-al-bloqueo-de-material-sanitario-esencial.html