Análisis semanal 305: Golpe de Estado en Bolivia: Entre las sombras del colonialismo interno, la llegada de China y la industrialización del Litio (25 de noviembre de 2019)

Año: 
2019

 

El primer gobierno latinoamericano con un liderazgo indígena, tras catorce años en el ejercicio gubernamental, fue derrocado el pasado 10 de noviembre, durante la incertidumbre mediática sobre los resultados de los últimos comicios, en el que el candidato Carlos Mesa, opositor al oficialista Evo Morales, denunció fraude electoral, desencadenando así, un golpe de Estado con una exhortación explícita de dimitir al gobierno de Morales, por parte de las fuerzas armadas, lo cual terminó en una renuncia por parte del presidente Evo Morales Ayma, el vicepresidente Álvaro García Linera y la presidenta de senado, Adriana Salvatierra Arriaza. Asimismo, se venían presentando críticas al oficialismo desde la pérdida de Morales en el referéndum del 2016, en el que pretendía poder reelegirse por cuarta vez como jefe de Estado.

Con el fin de profundizar en la discusión sobre factores que permearon para la consecución de Golpe de Estado en Bolivia,  se pretende analizar aspectos considerados fundamentales para entender la crisis en la que se sumió el país, así como el colonialismo interno, expuesto a través del golpe;  la disputa entre lo que se consideraba "patio trasero" de los EEUU y las nuevas estrategias de China para hacer mirar a América Latina hacia el pacífico y la relevancia que adquiere hablar del Litio como recurso estratégico para la transición tecnológica y de polos de poder en la hegemonía mundial.

Posterior a la renuncia del presidente Morales, en virtud de una resolución del tribunal constitucional de Bolivia que expresaba que se debía mantener el principio de continuidad del funcionamiento del órgano ejecutivo, se autoproclamo Jeanine Áñez, senadora de oposición, como la nueva presidenta de Bolivia (1), con un estilo similar al del guión del opositor Juan Guaido en Venezuela. Esta jurisprudencia del tribunal constitucional, se baso en una resolución del año 2001, que facilitó la sucesión del ex dictador Hugo Banzer, ocho años antes de la entrada en vigencia de la constitucional actual (2). Cabe resaltar que sobre la dictadura en Bolivia, con respecto a las demás del cono sur, es una sobre las que menos se discute, siendo esta parte de los crímenes más atroces que han sufrido las sociedades latinoamericanas.

El gobierno interino de Áñez, ciertamente ha canalizado la indignación de las elites blancas y urbanas acerca de las reformas sociales que han impulsado los gobiernos oficialistas, así como por las disputas identitarias que se han dado en el Estado Plurinacional en los últimos años, bajo este entendido, la autoproclamada presidenta firmó un decreto que eximía de responsabilidad penal al accionar de las fuerzas armadas para usar la violencia de manera "proporcionada" a supuestos grupos que buscaban el caos (3). Estos grupos, sin embargo, son heterogéneos, protestan en contra del golpe y las reiteradas mofas, insultos hacia las culturas Aymaras, Quechuas, Guaraníes, entre otros, así como se han manifestado por la quema de Wiphalas (4) y las expresiones racistas hacia estos pueblos por parte de las mismas élites legitimadoras del golpe.

En un clima de protestas, de víctimas provenientes de los sectores indígenas y de disputas entre élites, salen a relucir factores racistas, euro céntricos y coloniales, que desde una perspectiva crítica, nos expone condiciones de colonialismo interno que se han ido agravando en los últimos años, que inclusive, los sectores impulsores del Estado Plurinacional,  aspiraban cada vez más, a resignificar las practicas aún coloniales, reflejo del proceso de la conquista. Él mismo vicepresidente García Linera proponía "la superación de la democracia representativa", un planteamiento que no figuro en la constitución del Estado Plurinacional, que se termino expresándose a partir de un nacionalismo, indianismo y liberalismo en conflicto (5).

Las políticas impulsadas por el gobierno de Morales iban direccionadas desde un desarrollismo que parecía tener un propósito similar al de las élites blancas (6), no obstante,  tampoco lo podríamos reducir a eso, ya que, los avances en términos de reivindicación de las culturas originarias, inclusión social, de desarrollo económico y humano, mantenían a Bolivia como un ejemplo de estabilidad ante la región. Asimismo, a nivel identitario, en 2001, un 62% de la población de identificaba como indígena, cuestión que ya para el 2012, esta cifra se encontraba en 41%, por lo tanto, esa manifestación de neocolonialismo, con el Estado-nación como motor del desarrollo con la necesidad de  técnicos, profesionales, empresarios y capitales (7), entró en una contradicción con muchos de los objetivos que pretendían alcanzar el Estado Plurinacional.

En el proceso del golpe, se vislumbró un aspecto que contienen los nuevos Estados según la teoría del colonialismo interno de Casanova (2015), los militares, cleros y burócratas, apoyan la idea de un derecho "divino" de las personas "educadas" para gobernar con disposiciones autoritarias derivadas de la sociedad tradicional o experiencia colonial (8). Esto se materializo desde la entrada de Luis Fernando Camacho, al Palacio Quemado de La Paz, desplegando una bandera boliviana y colocando una biblia encima, al igual que las manifestaciones racistas y de odio, características de este proceso.

Por otro lado, a nivel geopolítico, se han visto agravadas las relaciones entre los EEUU y América latina, debido a las consecuencias de la globalización y la política de polarización del presidente Trump, que tanto hacia adentro, como afuera, el liderazgo del presidente de los Estados Unidos es uno de los más nocivos para la región, dejando expuestos conflictos bilaterales (9) los cuales, ciertos países de la región, al buscar una estabilidad hacia adentro -debilitando el orden internacional- eventualmente terminan asentándose bajo estructuras autoritarias.

Ante este contexto, China ha logrado que los países de la región miren hacia el pacifico, ya que, actualmente la política exterior latinoamericana, tiene un corte de política económica (10), lo cual ha logrado fortalecer también las relaciones con sino-rusas con Latinoamérica, ya que, no habría de temer a planteamientos críticos sobre la institucionalidad democrática, los derechos humanos, y así, los gobiernos latinoamericanos respaldan contundentemente las posturas chinas y rusas, dentro de los organismos, como la Organización de Naciones Unidas (ONU) (11). Ante la política proteccionista proveniente de Washington, Beijing se compromete con el libre comercio y la globalización, lo cual ha favorecido al viraje y cambio de polos hegemónicos, hacia los cuales, ciertos gobiernos de América Latina se han visto aliviados por la política agresiva de EEUU a la región.

En los virajes hacia gobiernos liberales, de derecha y, en muchos casos, conservadores con una base política neo pentecostal, han buscado acercarse hacia los Estados Unidos, ya que estas élites visualizan a occidente como más cercano, en términos de historia y de influencia ideológica, cuestión que se ha visto reflejada con países como Argentina-durante el gobierno de Mauricio Macri- y a Brasil, que buscan ir integrándose a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) (12).

En efecto, ese reto ha impulsado a China a competir con las inversiones de la Unión Europea y los EEUU, a pesar de que las inversiones europeas son más significativas, las tasas de crecimiento de las inversiones provenientes de China son inmensas y en muchos países, esos flujos se dirigen a los sectores más olvidados por la economía (13). En enero del 2018, el presidente de China, Xi Jinping, exhorto e invito a los países latinoamericanos a formar parte del proyecto de "la ruta de la seda",  haciendo presencia el canciller Wang Yi, en una reunión entre China y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), el cual propuso de manera oficial la invitación de participar en estos mega proyectos globales (13).

Esta llegada de China, ciertamente ha profundizado que las economías de la región se primaricen,  posicionando a América Latina como proveedora de bienes primarios (14), lo que supone una ilusión desarrollista, de la cual Bolivia no se ha visto al margen. En un contexto de aumento de los commodities, es decir, desde la nacionalización, se facilitó la multiplicación de la renta con respecto a exportación primarias, cuestión que aumento la apertura de la economía boliviana a nuevas exportaciones, desde el segundo mandato de Evo Morales (15).

A pesar de que gran parte de las izquierdas a nivel latinoamericano y su impulso nacional-popular, han (re) valorizado e incorporado, hasta cierto punto, una matriz comunitaria-indígena, desde el indianismo y marxismo(16), tampoco han dejado atrás una larga historia de extractivismo, tal como es el caso de Bolivia. Discursos como el del vicepresidente García Linera, ha puesto en el centro un discurso de industrialización, con grandes proyectos estratégicos, basados en la expansión de industrias extractivas (17), como lo es la minería a cielo abierto, la explotación del litio, la construcción de represas hidroeléctricas, en asociación con empresas transnacionales.

Ciertamente hay una ambivalencia en el que solía ser el discurso del presidente boliviano, por un lado, el concientizar sobre las consecuencias del cambio climático, impulsar la filosofía del "buen vivir" en organismos internacionales, por otro lado, a lo interno, mantiene una práctica nacional productivista, con consecuencias ambientales que no son mínimas (18).

Con la aprobación de la constitución del 2009 y con una nueva elaboración de la política exterior, se declararon los recursos naturales de carácter estratégico y de interés público (19), lo que permeo en condiciones de explotación únicas en recursos como el Litio, ya que los costos de producción y procesamiento son menores que los de combustibles fósiles, asimismo,  otro factor es que el 85% de las reservas de litio en el mundo se encuentran en Argentina, Bolivia y Chile (20). Esto nos remite a una dinámica de dependencia, ya que el litio se consume en los países del "centro", es sacado y explotado por multinacionales a países de "la periferia", que responde a una dependencia en la producción de manufacturas, cuestión que juega un papel importante por el crecimiento de influencia de la republica popular China en el sistema internacional y en el mercado internacional.

El proceso de la industrialización del Litio, es fundamental en las dinámicas transitorias en el comercio internacional, debido a que constituye un cambio en la matriz energética, es decir, permiten contener energía desde una generación en recursos renovables, ya que su generación es fluctuante e intermitente en el comercio internacional, asimismo, constituye un cambio en el patrón tecnológico, ya que las baterías denominadas "ion-litio" impulsaran la movilidad de los autos eléctricos en los siguientes años (21).

Este proceso se vio efectuado, en contextos como abril del 2018, en el que el Estado boliviano definiera condiciones para que una empresa alemana, ACY Systems, fuera un socio estratégico en la explotación del litio, brindando oportunidades económicas y tecnológicas en el mercado, principalmente garantizando la venta de las baterías de "ion-litio", en ese sentido, en este año se había firmado con un consorcio Chino, denominado TBEA-Baocheng, para la construcción de plantas de litio en los salares de Copaisa y Pastos grandes (22). Cuestión que ha generado grandes preocupaciones de Washington, por ser Bolivia el mayor exportados de autos eléctricos, controlando el mercado de baterías de litio y de acumuladores eléctricos, mencionados anteriormente. Otro factor que propicio el Golpe de Estado, a su vez son las acciones de la empresa TESLA, cuyos productos a base de litio, han aumentado exponencialmente de manera reciente (23).

A modo de conclusión, la asamblea legislativa, aprobó por unanimidad, la realización de elecciones presidenciales y legislativas sin Evo Morales ni Álvaro García Linera, a pesar de no existir de manera concreta una fecha exacta para efectuar el proceso electoral, se ha señalado varias ocasiones que se realizaran en menos de 5 meses (24), con presiones de mucha relevancia acerca de las violaciones de los Derechos Humanos por parte de la Comisión interamericana de Derechos Humanos hacia el actual gobierno ilegítimo de Áñez. Asimismo, la presidenta interina ha tratado de sobornar a las 29 familias afectadas por la violencia desencadenada desde a renuncia del presidente Morales, aprobando un decreto de siete mil dólares para indemnizar a las familias afectadas, las cuales lo rechazaron debido a que aceptasen dicha indemnización no podría demandar al ejecutivo ante tribunales internacionales (25).

Ante las disputas globales entre potencias y las protestas locales en contra del golpe de Estado, los dirigentes que impulsaron el golpe se encuentran divididos, con varios asistentes a la postulación de la presidencia y sin la posibilidad de no participación de Evo Morales, existe cierta incertidumbre a nivel de correlación de fuerzas internas de cara a la convocatoria de los próximos comicios, así como tensiones importantes por la represión a grupos- mayoritariamente- indígenas, que han significado una deslegitimidad , interna y regional al actual "supuesto" gobierno de Jeanine Áñez.

Notas

(1) El País. (2019). Las claves jurídicas y políticas de una muy polémica sucesión presidencial en Bolivia. Recuperado de: https://elpais.com/internacional/2019/11/14/america/1573701504_628108.html

(2) Ibid.

(3) ABC Internacional. (2019). La presidenta interina de Bolivia da inmunidad al Ejército ante las protestas. Recuperado de: https://www.abc.es/internacional/abci-presidenta-interina-bolivia-mas-poder-policia-ante-protestas-201911180141_noticia.html

(4) Bandera de la nación andina, que simboliza las doctrinas y filosofías andinas (Quechuas, Aymaras, Guaraníes, etc.)

(5) El País. (2019). Los libros que explican el derrocamiento de Evo Morales. Recuperado de: https://elpais.com/cultura/2019/11/25/babelia/1574685963_986678.html

(6) Ibid.

(7) González Casanova, P. (2015). El colonialismo interno. In M. Roitman Rosenmann (Ed.), De la sociología del poder a la sociología de la explotación: pensar América Latina en el siglo XXI. Pablo González Casanova; antología y presentación. (pp. 129–156). Siglo XXI Editores.

(8) Ibid.

(9) Grabendorff, W. (2018). América latina en la era trump: ¿Una región en disputa entre estados unidos y china? Nueva Sociedad, (275), 47-61. Retrieved from https://search-proquest-com.ezproxy.sibdi.ucr.ac.cr/docview/2065273963?accountid=28692

(10) Detsch, C. (2018). Escaramuzas geoestratégicas en el «patio trasero»: China y rusia en américa latina. Nueva Sociedad, (275), 79-91. Retrieved from https://search-proquest-com.ezproxy.sibdi.ucr.ac.cr/docview/2065274271?accountid=28692

(11) Ibid.

(12) Ibid.

(13). Ibid.

(14). Ibid.

(15) SVAMPA, Maristella (2011), “Modelo de desarrollo y la cuestión ambiental en Wanderley, Fernanda (coord.), El desarrollo en cuestión. Reflexiones desde América Latina, La Paz, CIDES-UMSA / Oxfam

(16) Ibid.

(17) Ibid.

(18) Ibid.

(19) CLACSO (2019). Detrás del Golpe: la industrialización del litio en Bolivia. Recuperado de: https://www.clacso.org/detras-del-golpe-la-industrializacion-del-litio-en-bolivia/

(20) Ibid.

(21) Ibid.

(22) Ibid.

(23) Ibid.

(24) El País. (2019). Bolivia aprueba una ley para convocar nuevas elecciones sin Evo Morales. Recuperado de: https://elpais.com/internacional/2019/11/24/actualidad/1574607157_131026.html

(25) El País. (2019). Bolivia no logra cerrar las heridas de su crisis política. Recuperado de: https://elpais.com/internacional/2019/12/07/america/1575736530_164268.html