30 años después de su caída, las repercusiones del famoso muro de Berlín continúan vigentes, no solo en Europa, sino en muchas partes del mundo. La caída del muro de Berlín supuso un importante simbolismo del fin de la cortina de hierro, un muro ideológico que dividió dos mundos ideológicos, iniciado el 13 de agosto de 1961.
La separación entre la Alemania oriental y occidental, supuso un conjunto de cambios y estructuras de poder importantes para ambos bandos. Con un perímetro de 155 kilómetros y una altura de 3,6 metros, el muro de Berlín ha sido un ícono entre una división tangible, que ha dado paso a que las fronteras de diferentes países del mundo quieran establecer fronteras de concreto.
En lo que respecta a los países europeos, las implicaciones son notorias e importantes. Un trabajador promedio de la entonces, Alemania del oeste, gana hasta un 20% más que un trabajador de Alemania del Este[i]. Otros apuntan que, la división ideológica tiene hoy, la misma vigencia que hace 30 años, «Una de las consecuencias de esta reunificación o de esta promesa incumplida de reunificación luego de 30 años es que crece un partido de la derecha radical, Alternativa para Alemania (AfD), con un discurso claramente intolerante y ciertos rasgos xenófobos». [ii]
Además, según la de Infratest dimap, del 2019, más de dos tercios de los alemanes orientales, que se sienten alemanes de segunda clase.[iii]
Por otra parte, uno de los muros más importantes, que ha sido tema de discusión durante mucho tiempo, ha sido el muro fronterizo entre Estados Unidos y México, que ya dio inicio en Arizona, en el oeste de esa nación.
El territorio mexicano supone, por tanto, un eje característico dentro de la política estadounidense. La construcción del muro en la frontera fue un eje estratégico dentro de la campaña de Donald Trump.
Como parte de su estrategia política, el gobierno estadounidense dejó sin vigencia el Acuerdo Flores, que establece que los niños y las niñas detenidas no pueden están bajo el gobierno estadounidense por más de 20 días. Esta decisión fue tomada bajo el lema de un política migratoria "tolerancia cero", ya que, para el gobierno estadounidense, este acuerdo era una forma de que, las personas usen a los niños como un “pasaporte” para entrar ilegalmente al país. Sin embargo, la misma Unión Estadounidense por las libertades civiles, fue enfática anunciando que esta medida representa un atropello a los derechos básicos de la niñez.
Aunado a ello, las medidas de seguridad han aumentado de manera significativa. A las personas migrantes les persiguen las constantes patrullas que vigilan y que controlan un orden establecido dentro de esta región tan convulsa. En palabras de Mbembe
“La percepción de Ia existencia del Otro como un atentado a mi propia vida, como una amenaza mortal o un peligro absoluto cuya eliminación biofísica reforzaría mi potencial de vida y de seguridad”.[iv]
Dentro de esta misma lógica, es importante reconocer que, las medidas de seguridad del gobierno estadounidense han puesto en tela de juicio la integridad de las personas que intentan entrar al país de manera ilegal.
De acuerdo con la información brindada por la Base de Datos de FM4 Paso Libre (BDFM4), de mayo del 2010 a mayo 2013, “las agresiones cometidas en contra de los migrantes en tránsito se agrupan en cinco tipos de delitos según la frecuencia: a. robo 62,9%, b. lesiones 16,8%, c. extorsión 6,6%, d. secuestro 4,9% y e. violación sexual 1,1%[v]. Es importante mencionar que, todos estos casos no son únicamente acciones cometidas por la población civil, de acuerdo con este autor, “se identificó que el 26,0% de casos fue perpetrado por agentes gubernamentales”[vi]. Esto deja en evidencia que la población migrante carece completamente de seguridad, ya que no se pueden confiar ni en los entes del gobierno.
Por otra parte, en la pasada campaña electoral de España, Santiago Abascal Conde, líder del partido populista de derecha Vox, basado en las ideas de Donald Trump, afirmó "Queremos construir un muro entre España y Marruecos. Y los costos de la construcción deben ser asumidos por Marruecos”[vii].
Consideraciones finales
Los muros simbólicos han supuesto un conjunto de imaginarios que responden a los imaginarios de un “otro” visualizado como una amenaza. En Ia formulación de Foucault, el biopoder parece funcionar segregando a las personas que deben morir de aquellas que deben vivir. Dado que opera sobre Ia base de una división entre los vivos y los muertos, este poder se define en relación al campo biológico, del cual toma el control y en el cual se inscribe. Este control presupone Ia distribución de Ia especie humana en diferentes grupos, Ia subdivisión de Ia población en subgrupos, y el establecimiento de una ruptura biológica entre unos y otros. Es aquello a lo que Foucault se refiere con un término aparentemente familiar: el racismo. [viii]
A partir de ello, entendemos que, siguen naciendo muros que controlan, dividen y establecen márgenes de poder en ciertos territorios específicos. Entendiendo territorio como una construcción a partir del espacio geográfico, un objeto de disputa, un instrumento de control social que subordina comunidades rurales; pasa a ser instrumentalizado para atender intereses institucionales y expresa su propiedad más inestimable: su relación con el poder; en el sentido político de soberanía puede explicarse por la autonomía de sus propietarios en la toma de decisiones, por tanto, existen relaciones dentro de los territorios como espacios de gobernanza y propiedad, quienes determinan la forma de organización[ix].
La construcción de grandes y poderosos muros han significado un peso importante dentro de la política exterior de los países. La separación de naciones y de personas han supuesto un simbolismo con el fin de separar, dividir y segregar a “los otros.”
El muro invisible que existe hoy, donde estuvo el muro de Berlín, representa un simbolismo y un legado de lo que supone esa segregación y esa división. Un muro que continúa teniendo repercusiones, pero que son invisibilizados y se convierten muros mudos, al igual que el muro de Cisjordania o el muro de Marruecos, que superan en extensión al de Berlín. Estos muros son importantes, aunque olvidados y dejados de lado por los medios de comunicación.
Referencias Bibliográficas
[i] Ana María Roura (11 noviembre, 2019). 30 años de la caída del muro de Berlín: 3 razones por las que las barreras fronterizas en el mundo aumentaron de 15 a 70. BBC. Recuperado de: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-50319470
[ii] Delle-None,F. (28 octubre, 2019). Alemania se queda sin centro. El Pais. Recuperado de: http://agendapublica.elpais.com/alemania-se-queda-sin-centro/
[iii] Ibid.
[iv] Mbembe, A. (2006). Necropolítica seguido de Sobre el gobierno privado indirecto. Madrid, España: Editorial Melusina, S.I.
[v] Hernández, R. (2016). La diáspora de los invisibles. Reflexiones sobre la migración centroamericana en tránsito por el corredor ferroviario del Occidente mexicano. En C. Sandoval (Ed.), Migraciones en América Central: Políticas, territorios y actores (pp. 67 - 85). San José, Costa Rica: Editorial UCR
[vi] Ibid.
[vii] Slimi, M. (7 junio, 2019). Populismo a la Trump: ¿Un muro entre España y Marruecos? Recuperado de: https://www.dw.com/es/populismo-a-la-trump-un-muro-entre-espa%C3%B1a-y-marruecos/a-49108121
[viii] Ibid.
[ix] Mancano, B. (2013). Territorios: teoría y disputas por el desarrollo rural. Revista Novedades en población, 17, pp. 116 - 133.