“Italia en muchas maneras ha sido un laboratorio para las crisis políticas que han sacudido Europa.” [1], con esta descripción Francesco Grillo, economista, explica la situación política de Italia. La crisis actual, que analizará este artículo, comienza hace diez años, con la fundación del Movimiento Cinco Estrellas (M5S) que va contra el espectro político tradicional y trae consigo una nueva ola anti-establishment, crítica contra la Unión Europea, anti inmigración y en pro de las políticas verdes.
Como un respiro de aire puro, al entrar al espacio político ganó rápidamente popularidad hasta llegar a ser el partido más importante en el espectro electoral italiano, sin embargo, para marzo del 2018 no lograron conseguir un gobierno basado en una mayoría de partido, por lo que buscaron una coalición, a la cual se habían opuesto visceralmente por varios años aduciendo la corrupción galopante que caracterizaba a los partidos tradicionales.
Con esto, entra la Liga del Norte (Lega Nord), un partido de derecha fundado por Umberto Bossi en 1991, como una federación de partidos regionales del próspero e industrial norte italiano y dirigido en la actualidad por Matteo Salvini.
En el 2018, y después de varias semanas de negociación, lograron un programa gubernamental “tibio” que eliminaba las políticas extremas de los dos partidos, que con el visto bueno del presidente de la república, Sergio Mattarella, comienzan a gobernar.
Aquí es necesario explicar que el sistema político italiano compone su poder ejecutivo de un Presidente como jefe de Estado, un Primer Ministro, como jefe de Gobierno, y a los ministros de Estado que integran el Consejo de Ministros, presidido a su vez por el Primer Ministro. El poder legislativo está compuesto por un parlamento bicameral, con una cámara de diputados y el Senado, y finalmente está el poder judicial.
La coalición M5S y Lega Nord eligió al profesor de leyes Giuseppe Conte para fungir como primer ministro y, después de que Mattarella aceptara dejar a Conte formar un gobierno, parecía que estaba estabilizándose el panorama italiano. Sin embargo, y siguiendo la ley italiana, Mattarella comenzó a vetar los oficiales que la coalición decidía para ministerios claves dentro del gobierno; especialmente la figura de Paolo Savona como ministro de finanzas. Savona, economista, cuyas ideas a favor de que Italia dejara la zona euro, llamándola una “jaula alemana” [2], iban en contra de las ideas del oficialista por lo que vetó el nombramiento.
Para la coalición, esto era un rechazo al mandato que tenían para gobernar y causó molestias en los dos partidos. Ante la encrucijada, el Presidente tenía dos opciones, o llamar a elecciones o intentar crear su propio gobierno tecnocrático.
Carlo Cottarelli, economista y ex funcionario del Fondo Monetario Internacional, fue elegido para fungir como primer ministro, y tenía la función de formar un nuevo gobierno y calmar las aguas políticas y constitucionales dentro del territorio. Sin embargo, ante la imposibilidad de lograr este propósito, el presidente Mattarella volvió a confiar la formación del gobierno a Giuseppe Conte.
Empero, a pesar de los 630 escaños que poseen en el parlamento italiano, la coalición M5S-Lega, tiene 347 que no lo apoyan, así que gobernar en ese escenario resultaba difícil. Ante la dificultad, la opción parece ser la llamada a nuevas elecciones, que tendrían lugar el próximo otoño.
A pesar de la coalición, el pulso partidario entre los dos espectros (M5S con su izquierda, anti-establishment y la Lega con su anti-inmigración y populismo) ha sido una lucha diaria desde su llegada al poder. Este mes, después de que el Parlamento rechazó la moción de M5S para bloquear un proyecto de un tren de alta velocidad (TAV), proyecto que Lega apoyaba, fue tan solo la más reciente de las pugnas.
Salvini, el líder de Lega, que ostenta el cargo de ministro del interior y vice-primer ministro, exponía que el voto demostraba que el parlamento no tenía la mayoría para pasar leyes y que se debía “darle rápido la voz de vuelta a los votantes”. Lo que es un movimiento político inteligente, ya que su partido se encuentra, según las encuestas, 38% delante de todos los otros partidos italianos y su discurso anti-migratorio parece seguirle ganando popularidad, especialmente cuando es una preocupación clave en el panorama político europeo.
Gómez explica esta posición radical de Salvini ante la inoperancia del gobierno de coalición, de la siguiente manera:
Acabó así el rotundo fracaso del gobierno populista, el peor de la reciente historia republicana, abriendo una etapa de gran incertidumbre política, que ha tenido su reflejo en la apertura de la Bolsa. Los títulos de Estado italianos se han visto penalizados: la prima de riesgo, el diferencial con los títulos alemanes, voló a los 240 puntos, triplicando a la española que está en 82 puntos. Y la Bolsa de Milán perdía el 2%. [3]
El político, además, presentó una moción de censura en el parlamento contra Giuseppe Conte, que fue el puente entre los dos partidos de la coalición. Salvini alega que su moción se debía a que el partido estaba lleno de “Mr. Noes”, y que estos hacían daño a Italia. Además, afirma que no acudir a las urnas es una pérdida de tiempo que perjudica al país.
No obstante, todo parece indicar que esta presión por las elecciones viene como resultado de la negativa del presidente de concederle a la Lega la cabeza de tres ministros que se presentaban como obstáculos para sus planes: Danilo Toninelli, titular de Transportes, Elisabetta Trenta, ministra de Defensa, y Giovanni Tria, ministro de economía.
Los ojos en este momento están mirando preocupados al 2020 ante la inminencia de la aprobación de los presupuestos nacionales que deben consensuarse para su presentación a la Comisión Europea. De no solucionarse la situación Sergio Mattarella decidiría si llama a elecciones o busca cómo elegir un gobierno que logre aprobarlos. [4]
El final del populismo, y con él, de la actual coalición de gobierno, resultó como el adagio “mucho ruido y pocas nueces”, prometieron evolución y cambio, pero lo único que dejó fue una pérdida de credibilidad. Italia se debate, entonces, entre confiar su gobierno a la Lega y sus posiciones extremas, o tratar de levantar un consenso que necesariamente deberá incluir a partidos tradicionales como el PD (Partido Democrático-Coalición de centro izquierda) cuyo líder actual es Nicola Zingaretti; es decir, lograr levantar una nueva coalición que dejaría a la Lega de Salvini como oposición o forzar el llamado a nuevas elecciones. En cualquiera de las situaciones, Italia, sigue siendo una vitrina de los vaivenes políticos que son el pan de cada día en el panorama de una Europa que hoy más que nunca parece atravesar por complicados dolores de parto.
Notas
[1] Grillo, F. (12/junio/2019). The Five Star experiment has failed us. Now Italy needs a real political change. The Guardian. Recuperado de: [https://www.theguardian.com/commentisfree/2019/jun/12/five-star-failed-italy-needs-real-change]
[2] Martin, W. (29/mayo/2018). Everything you need to know about the Italian political crisis-which is 9 years in the making and could bring about the demise of the Eurozone. Business Insider. Recuperado de: [https://www.businessinsider.com/italy-politics-crisis-what-you-need-to-known-2018-5]
[3] Gómez, A. (9/Agosto/2019). Los mercados penalizan la crisis en Italia tras presentar Salvini una moción de censura. ABC Internacional. Recuperado de: [https://www.abc.es/internacional/abci-mercados-penalizan-italia-crisis-gobierno-bolsas-rojo-y-vuelve-prima-riesgo-201908091211_noticia.html]
[4] Amaro, S. (9/agosto/2019). Italy´s goverment on the brink of collapse as deputy leader calls for elections. CNBS. Recuperado de: [https://www.cnbc.com/2019/08/09/italy-politics-league-and-five-star-break-up-may-force-snap-election.html]