Análisis semanal 271: Viejos problemas, nuevos países: aspectos de la crisis en el África subsahariana (24 de junio de 2019)

Año: 
2019
Autor(es): 

 

La pasada semana, las redes sociales se pintaron de azul.

Esto, en un intento de alertar ante la crisis humanitaria que está ocurriendo en Sudán, que ha tenido poca cobertura mediática y que, además sufre de un bloqueo de internet que impide que las noticias salgan de sus confines. El azul, es para honrar al ingeniero Mohamed Mattar, que fue asesinado por un ataque de las fuerzas militares gubernamentales a inicios de este mes. [1]

Mujer llorando con los colores de la bandera sudanesa como hijab. Recuperado de: @lilya_papillon, Twitter.

Como respuesta al movimiento en redes sociales y, como ente observador de la Política Internacional, este medio se sintió con la obligación de visibilizar la crisis que estos países sufren, por lo que en este artículo se discutirá acerca de la situación que viven Sudán y Sudán del Sur.

Antes de la secesión, Sudán era el país más grande en el continente africano. Sin embargo, siempre persistieron diferencias en tres ejes; el étnico, ya que el sur era habitado mayoritariamente por población negra, el religioso, con un norte islámico y árabe y un sur cristiano. Y, el eje económico que gira en torno al control de los recursos naturales de la región.

De la Nuez (2012) explica el conflicto de los recursos de la siguiente manera:

La clave de la disputa deriva del hecho de que la mayor parte de los yacimientos petroleros están ubicados en el sur (o en zonas fronterizas entre ambos estados), pero la salida del petróleo hacia los mercados mundiales solo puede garantizarse a través de oleoductos que desembocan en Port Said, cuyo control está en manos de las autoridades del norte. (De la Nuez, 2012) [2]

Con su independencia firmada el 9 de julio del 2011, después de un referéndum donde el 98,3% de la población [3] votó a favor de la creación de un nuevo país, Sudán del sur, optó así, por escapar de la opresión histórica de las etnias subsaharianas y cristianas, ante la fuerza árabe y musulmana del norte.

En el momento de su creación, la organización Manos Unidas decía que:

A la absoluta falta de infraestructuras, las fronteras aún sin delimitar, el regreso de miles de desplazados internos, la corrupción, la redacción de una constitución, el reparto de los ingresos generados por el petróleo... hay que sumar los muchos retos de carácter social que otorgan a la nueva nación un nada envidiable puesto entre los más pobres del mundo. (Carreño, 2018). [4]

Poco sabían que esto, sería el inicio de la crónica de una muerte anunciada.

Salva Kiir, perteneciente a la etnia dinka, el 9 de julio del año 2011 asume la presidencia del nuevo país, con Riek Machar como su vicepresidente, quien además de ser una figura cuestionada, era también el líder más prominente de la etnia nuer.

En esta división del poder, las etnias dinka y nuer quedaban representadas en el nuevo gobierno. Sin embargo, en el 2012 después de unos enfrentamientos armados con Sudán por el dominio de campos de petróleo y la firma de un acuerdo de paz, el capital político  de Kiir y la unidad de su gabinete comenzó a deteriorarse por la crisis económica, provocada por el impedimento de la exportación de petróleo.

Después de dos años de “paz”; entendida como un periodo de calma antes de la tormenta y, al enterarse que Machar tenía la intención de presentarse como candidato presidencial para el próximo período (2015), Kiir decidió hacer renunciar al vicepresidente. Esto, desencadenó en un golpe de estado en diciembre del 2013. El gobierno defendió el poder, enfrentando a la oposición lo que culminó en cuarenta víctimas y el arresto en varios miembros del gabinete. [5]

Así comenzó la guerra civil en Sudán del Sur.

En el 2015, varios entes internacionales intervinieron en el conflicto debido a la cantidad de desplazados, enfermedades provocadas por la guerra y la preocupación de los países vecinos; las Naciones Unidas, la Organización de la Unidad Africana y varios líderes gestionan un acuerdo de paz que se firma en agosto de ese año y define que Marchar sería el vicepresidente en un gobierno de unidad nacional y que Kiir y él prepararían las elecciones presidenciales a celebrarse en el año 2018.

Esta paz fue corta, porque el 8 de julio del año 2016; escoltas de Marchar y Kiir tuvieron un enfrentamiento, con 237 muertos como resultado. A los pocos días, Marchar huye y acusa a Kiir de intento de asesinato, y la guerra civil volvía a verse como una posibilidad. [6]

El principal problema del que se ha visto víctima Sudán del Sur, es de las hostilidades internas entre el gobierno y la oposición; grupos paramilitares como el Ejército/Movimiento de Liberación Popular de Sudán en la Oposición (SPLAM/M-IO) y el Frente de Salvación Nacional cometen violaciones a los derechos humanos, al derecho internacional, saqueos sistemáticos, secuestros, delitos sexuales, y la horrífica lista continua.

El peor enemigo para Sudán del Sur, parecieran ser sus propios habitantes. La página Amnistía Internacional [7], comenta:

Las partes en el conflicto obstaculizan de forma habitual el acceso de la ayuda humanitaria mediante la amenaza, el hostigamiento, la detención o la comisión de actos de violencia contra el personal de socorro. Al menos 25 trabajadores y trabajadoras de ayuda humanitaria fueron asesinados durante el año […] (Amnistía Internacional, s.f.)

Mientras tanto, para contribuir a la inestabilidad de la problemática región, en el vecino Sudán se producían muertes de civiles que protestaban contra el consejo de generales que sustituyeron a Omar Al-Bashir, quien gobernó al país durante treinta años y cuyas impopulares medidas de austeridad implementadas en el 2017 precipitaron la crisis, hasta producir su remoción del poder.

Las medidas de austeridad de Omar Al-Bashir destruyeron a la clase media, que tuvo un rol clave en las protestas democráticas en este país. Yuhas (2019), describe que

[…] médicos y otros profesionistas tuvieron una participación clave en la organización de las protestas […] los médicos ayudaron a transformar las protestas iniciales por el aumento del precio del pan en un movimiento coherente, que exigía un gobierno civil. (Yuhas, 2019).

Al asumir el poder un grupo militar, los participantes en las protestas se posicionaron fuera de los centros de comando exigiendo una administración dirigida por civiles; pidiendo un período de transición de tres años ya que “[…] el régimen del señor Bashir está tan interiorizado que una transición larga es necesaria para desmantelar sus redes políticas y asegurar elecciones justas.” (BBC Mundo, 2019) [9]

Después de largas negociaciones, se llegó al acuerdo de tener un lapso de tres años de un gobierno civil y una nueva estructura gubernamental (con un Concejo soberano, un gabinete y un cuerpo legislativo).

Sin embargo, el cuerpo militar ignoró este acuerdo y, el 03 de junio declararon que las nuevas elecciones se darían en nueve meses y esto, según Rosalind Marsden (ex embajadora británica en Sudán), “dejaría muy sencillo que el viejo régimen volviera al poder.” (BBC Mundo, 2018.) [10]

La reacción militar ante las protestas contabiliza más de 100 personas muertas en la capital de Khartoum, con cuarenta de esos cuerpos sacados del río Nilo.

Para hacer peor una situación que ya es impensable, por razones de “seguridad nacional” el Concejo Militar Transitorio (TMC), bloqueó el acceso a Internet; lo que deja a los habitantes aislados, desesperados y con pérdidas millonarias a todos aquellos negocios que dependen de la red de comunicaciones. Algo particularmente peligroso, ya que fue la crisis económica que comenzó las protestas el diciembre pasado. [11]

Las calles en Khartoum están bloqueadas, así que todos debían caminar (armados con cuchillos y varas para protegerse); los grupos de oposición no tienen manera de comunicarse y, los que lo logran por mensajes de texto, temen el escrutinio de las autoridades.

La crisis humanitaria parece ser un vínculo que une a estos dos países más que su espacio geográfico.

Sudán del Sur, tiene niveles preocupantes de hambruna [12], ébola, mortalidad infantil, pobreza e inseguridad, y las violaciones a los derechos elementales son constantes en ambos países.

El abuso sexual que se ha extendido como forma de agresión, es definido por Sulaima Ishaq Sharif, trabajadora de salud mental que trata a víctimas después del ataque el 3 de junio en Sudán como una;

 “[…] cuestión de degradación, humillación y quebranto del espíritu. –Lo hacen como un arma de guerra, ahora es un arma para matar la revolución.” (BBC Mundo, 2019) [13]

La paz, en ambas regiones se ve necesaria pero casi inalcanzable. El periodista Michael Koma, al hablar de Sudán de Sur expresa que; “Necesitamos la paz para empezar siquiera a pensar en crecer. En Sudán del Sur ya hemos perdido tres generaciones. Para los niños no existe otra realidad que la guerra” [14]

El mundo no aguanta más generaciones perdidas, ni el clamor de tantas víctimas y sangre derramada por guerras sin sentido. Pero, algo igual de importante como preocupante, el mundo no debe tolerar el desinterés que los medios muestran por estos países que sufren, lloran y gritan a lo que parecen ser oídos sordos de una opinión pública internacional adormecida u ocupada en noticias intrascendentes.

Referencias bibliográficas.

[1] De la Nuez, M. (15/febrero/2012). Sudán y Sudán del sur, una crisis en alza. Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH). Recuperado de: [http://www.iecah.org/index.php/articulos/1843-sudan-y-sudan-del-sur-una-crisis-en-alza]

[2] Belam, M. (14/junio/2019). #BlueforSudan: social media users show solidarity for protester. The Guardian. Recuperado de: [https://www.theguardian.com/world/2019/jun/14/blueforsudan-social-media-users-show-solidarity-for-protester]

[3] Carretero, N. (13/agosto/2018). El difícil caminho del último país del mundo. El País. Recuperado de: [https://elpais.com/internacional/2018/08/10/actualidad/1533903111_543833.html?fbclid=IwAR0dwWcTkbQyu28falVjiGXAgaPKv0x8Gxuvh3QBYJYF9hJFYQAYyNnawTk]

[4] Carreño, M. (11/ julio/2018). Sudán del Sur: el país que solo conoce la guerra. Manos Unidas. Recuperado de: [https://www.manosunidas.org/noticia/sudan-del-sur-pais-solo-conoce-guerra]

[5] Bernardis, J. (2017). Sudán del Sur: no hay paz para el país más joven del mundo. Observatorio de la Política Internacional, Argentina. Recuperado de: [https://www.ucsf.edu.ar/wp-content/uploads/2015/08/SudanBernardis.pdf]

[6] Saavedra, J. (2017). El triste inicio de una nación. La crisis política y humanitaria en Sudán del Sur. Estudios de Asia y África (LII). Recuperado de: [http://www.redalyc.org/pdf/586/58650386008.pdf]

[7] Amnistía Internacional. (s.f). Sudán del Sur 2017/2018. Recuperado de: [https://www.amnesty.org/es/countries/africa/south-sudan/report-south-sudan/]

[8] Yuhas, A. (6/junio/2019). ¿Qué está pasando en Sudán?. The New York Times. Recuperado de: [https://www.nytimes.com/es/2019/06/06/que-esta-pasando-en-sudan/]

[9] BBC Mundo. (13/junio/2019). Sudan crisis: What you need to know. BBC Mundo. Recuperado de: [https://www.bbc.com/news/world-africa-48511226?intlink_from_url=https://www.bbc.com/news/topics/c1yy8q1re0kt/sudan-crisis&link_location=live-reporting-story]

[10] Ibidem.

[11] BBC Mundo. (6/16/2019). Letter from Africa: ‘Sudan’s revolutionaries offline but not silenced’. BBC Mundo. Recuperado de: [https://www.bbc.com/news/world-africa-48640939?intlink_from_url=https://www.bbc.com/news/topics/c1yy8q1re0kt/sudan-crisis&link_location=live-reporting-story]

[11] Vivacqua, G. (14/junio/2019). La falta de alimentos en Sudán del Sur alcanzará cifras récord. Organización de las Naciones Unidas. Recuperado de: [https://news.un.org/es/story/2019/06/1457771]

[13]  Byaruhanga, K. (15/junio/2019). Rape and Sudan’s revolution: ‘They were crying and screaming’. BBC Mundo. Recuperado de: [https://www.bbc.com/news/world-africa-48634150?intlink_from_url=https://www.bbc.com/news/topics/c1yy8q1re0kt/sudan-crisis&link_location=live-reporting-story]

[14] Carretero, N. (13/agosto/2018). El difícil camino del último país del mundo. El País. Recuperado de: [https://elpais.com/internacional/2018/08/10/actualidad/1533903111_543833.html?fbclid=IwAR0dwWcTkbQyu28falVjiGXAgaPKv0x8Gxuvh3QBYJYF9hJFYQAYyNnawTk]