Las sanciones impuestas a Irán durante décadas han implicado consecuencias nefastas en el campo económico y un deterioro en la calidad de vida de los iraníes, provocando en reiteradas ocasiones manifestaciones de descontento social. No son sin embargo los únicos ámbitos donde dichas sanciones han tenido consecuencias para el país.
En el campo militar las sanciones han limitado severamente la venta de armas a Irán, así como la transferencia de tecnología. Por ejemplo, la Resolución 1747 del Consejo de Seguridad de marzo de 2017 llamaba a “restringir la venta de aviones de combate, helicópteros de ataque, buques de guerra, misiles o sistemas de misiles” a Irán (1). Consecuentemente, ha sido muy difícil para el país renovar o modernizar su equipamiento militar como sí lo han hecho algunos de sus vecinos, especialmente las petromonarquías del Golfo Pérsico.
En el campo de la aviación esto ha dejado a Irán en una situación en la que buena parte de sus aviones de combate o bien no son operativos o no pueden desempeñarse eficazmente en combate aéreo (2). Según el International Institute for Strategic Studies (IISS, por sus siglas en inglés), Irán contaría con unos 300 aviones de combate de fabricación foránea, la gran mayoría de ellos bastante antiguos y entre los que destacan unos veinte MIG-29, tres decenas de Sukhoi de diversos modelos, 17 Chengdu F-7, 25 Northrop F-5, casi cincuenta F-4 Phantom y unos 9 Mirage F1.
La necesidad de modernizar la flota de cazabombarderos ha obligado a los iraníes a desarrollar capacidades autónomas. Así, en los años noventa el país empezó a diseñar sus primeros prototipos de combate, como el Azarakhsh o el Saeqeh, ambos inspirados en el Northrop F-5. Desde entonces, estos aviones han sido probados en ejercicios militares mas no en combate real. El Saeqeh posee un diseño aerodinámico, cuenta con sistemas de radar y misiles, y tiene un alcance de 3.000 km. En 2010 Irán anunció que el primer escuadrón de aviones Saeqeh había entrado en operaciones en misiones de reconocimiento (3).
El pasado 21 de agosto la Fuerza Aérea de la República Islámica de Irán presentó a los medios el Kowsar, un cazabombardero de cuarta generación equipado con sistemas avanzados de aviónica y control de fuego, y capaz de operar misiones cortas de apoyo aéreo (4). El Kowsar utiliza redes de datos militares digitales, monitores digitales de usos múltiples, computadoras de cálculo balístico y sistemas de mapas móviles inteligentes.
Este nuevo desarrollo de las capacidades militares iraníes ha sido considerado con escepticismo desde el exterior, especialmente a partir de criterios como originalidad y eficacia. Pese a que el Director de la Organización de la Industria Aeronáutica de las Fuerzas Armadas, el general de brigada Abdul-Karim, afirmó que el caza era "100% nativo y producido en el país" (5), algunos observadores señalan que el Kowsar tiene un “parecido sorprendente” con el F-5 diseñado por la empresa Northrop en la década de 1950, y utilizado por las fuerzas armadas estadounidenses desde la década de 1960 (6). En efecto, tal como lo señaló en twitter Joseph Dempsey del IISS, el diseño de ambos aviones es muy similar, lo cual plantea dudas sobre la originalidad del modelo iraní.
Desde el punto de vista militar es sin duda notable que, pese a las sanciones, Irán sea capaz de producir un stock de armamentos diverso, que va desde misiles tácticos hasta aviones de combate y tanques. Teherán presenta estos productos de su industria militar como prueba de sus capacidades autóctonas, sin embargo, esto no deja de plantear ciertas interrogantes. En el caso del Kowsar, no está claro si es factible una producción en serie que pueda renovar la flota de cazabombarderos. Por otro lado, la calidad, eficacia y versatilidad de muchos equipos militares iraníes de producción local no se ha probado de manera concluyente en el campo de batalla. Es el caso de aviones de combate como el Saeqeh o el Kowsar pero también del tanque Karrar, que apenas se dispone a ser probado por las fuerzas armadas. Incluso cuando algunas de fabricación iraní han sido probadas recientemente (como en las guerras de Siria, Yemen e Irak) algunos observadores han señalado que estas “a menudo se quedan cortas, literal y metafóricamente” (7).
Ante un panorama internacional que augura un acceso muy limitado al mercado internacional de armas es probable que Irán deba profundizar sus capacidades militares autóctonas. Un esfuerzo que, sin embargo, difícilmente revertirá las profundas asimetrías militares que le ponen en desventaja frente a sus rivales regionales.
Notas
1) Resolution 1747 (2007) Adopted by the Security Council at its 5647th meeting on 24 March 2007. https://undocs.org/S/RES/1747(2007)
2) Cordesman, A, (2004). The military Balance in the Middle East. Praeger: London. p. 275.
3) First Squadron of Iran-Made Saeqeh Fighters Joins Operations. FARS. https://web.archive.org/web/20111003200510/http://english.farsnews.com/newstext.php?nn=9006180081
4) Iran to unveil new fighter jet, boost missile power: Minister. PressTV. https://www.presstv.com/Detail/2018/08/19/571595/Iran-defense-Amir-Hatami
5) Iran claims its ‘Kowsar’ fighter jet not just copy of antiquated US plane. Kurdistan24. http://www.kurdistan24.net/en/news/148e6621-6d37-4451-80a7-2df3d5b72f67
(6) Iran's 'New' Fighter Jet Provokes Derision, As Observers Note Likeness To U.S. Jet From The '60s. Forbes. https://www.forbes.com/sites/dominicdudley/2018/08/21/irans-new-fighter-jet/#2f40cd75c15a
7) Proving grounds: Assessing Iranian weapon performance in Syria and Yemen. Jane´s. https://www.janes.com/images/assets/061/82061/Proving_grounds_Assessing_Iranian_weapon_performance_in_Syria_and_Yemen.pdf