El retiro estadounidense del acuerdo nuclear iraní o Joint Comprehensive Plan of Action (JCPOA), y el anuncio del presidente Donald Trump de nuevas sanciones económicas contra la República Islámica de Irán a partir de agosto, que incluyen la imposición de límites a la capacidad de Irán de comprar dólares, así como al comercio con oro, carbón, acero y divisas, plantean no solo un futuro incierto para el acuerdo nuclear sino también un impacto negativo económico en el país. Si la economía iraní no terminaba de percibir los beneficios del levantamiento de las sanciones internacionales y multilaterales en 2015, el nuevo panorama económico presenta una serie de incertidumbres que se unen a un entorno local marcado por protestas populares, huelgas de transportistas y comerciantes (1), aumento de precios, poca confianza en las medidas del Banco Central de Irán, corrupción, etc.
Pese a los esfuerzos del presidente Hassan Rouhani por enderezar la situación económica y salvar el acuerdo nuclear, es poco lo que las autoridades han podido hacer para generar confianza y procurar un mejor ambiente para las actividades económicas. El equipo económico de Rouhani se ha mostrado incapaz de manejar la incertidumbre y la volatilidad, y en lugar de asumir responsabilidades y constituirse en un regulador para calmar a los actores clave, ha culpado a otras autoridades del gobierno y redes corruptas, mientras es acusado de proteger sus propios intereses (2).
Uno de los sectores más vulnerables frente a las nuevas sanciones es obviamente el energético. EE.UU. está decidido a estrangular al sector petrolero y gasífero iraní: ha exhortado a muchas naciones del mundo a “no comprar petróleo iraní”, y castigará a las empresas que a partir de noviembre continúen haciendo negocios con Irán. Estas amenazas han tenido ya un impacto sumamente negativo. En mayo la empresa francesa Total, que venía haciendo negocios con Irán desde hace varios meses, anunció que se retiraría del país. El CEO de la compañía, Patrick Pouyann, afirmó que “ninguna empresa energética grande se arriesgaría a hacer negocios con Irán en el marco de nuevas sanciones” (3). Otras corporaciones han tomado medidas similares. El pasado 7 de julio la francesa CMA-CGM, la tercera mayor empresa mundial de transporte naval de contenedores, informó también que cesaría sus actividades en Irán.
Irán ha procurado minimizar el impacto del retiro estadounidense del JCPOA y de las nuevas sanciones económicas. El pasado 6 de julio Teherán se anotó un éxito importante tras la cumbre de Viena, en la que los ministros de asuntos exteriores de Irán y los demás países que mantienen su adhesión al acuerdo nuclear (Francia, Reino Unido, Rusia, China y Alemania) reafirmaron el compromiso de ejecutar plena y efectivamente todos los compromisos estipulados por el pacto. La Unión Europea ha tomado también una serie de medidas para proteger a las empresas de sus países miembro que hagan negocios con Irán. El levantamiento de las sanciones multilaterales en 2015 generó un crecimiento significativo del comercio con Irán. El volumen del comercio entre las dos partes pasó de 6.200 millones de euros en 2013 a casi 21.000 millones el año pasado. Los principales socios de Irán en la UE son Italia (4.500 millones), Francia (3.450 millones), Alemania (3.000 millones) y España (1.670 millones) (4).
Por otro lado, importantes clientes iraníes como China han anunciado que continuarán comprando petróleo a la República Islámica, y que incluso aumentarían sus importaciones en caso de recibir un descuento en el precio. Turquía mantendrá también intactas sus importaciones de crudo iraní. Asimismo, la India ha indicado que no reconocerá las sanciones. En el pasado este país asiático acordó con Irán pagar por el petróleo en rupias para saltarse el dólar, por lo que es factible que vuelva a hacer lo mismo sin que las sanciones les afecten.
Pese a los esfuerzos y maniobras comerciales de Irán y sus socios comerciales, será prácticamente imposible evitar que las sanciones dañen económicamente al país, lo cual podría aumentar la probabilidad de una crisis económica con consecuencias sociales y políticas sin precedentes. Sin embargo, cabe también la posibilidad que las acciones conjuntas de aquellos que no admiten el unilateralismo de las políticas estadounidenses posibiliten un impacto limitado de las sanciones. De ser así, sería un paso simbólico notable en el tránsito hacia un mundo crecientemente multipolar.
Notas
(1) Iran gripped by strikes and protests. Open Democracy. https://www.opendemocracy.net/north-africa-west-asia/jubin-afshar/iran-gripped-by-strikes-and-protests
(2) Will Iran's economy collapse? Al-Monitor. https://www.al-monitor.com/pulse/originals/2018/06/iran-rial-devaluation-economic-crisis-cbi-rouhani-seif-irgc.html
(3) US sanctions mean no big oil company can risk doing business with Iran, Total CEO says. CNBC. https://www.cnbc.com/2018/06/20/no-big-oil-company-can-risk-doing-business-with-iran-total-ceo-says.html
(4) Así es el plan B de la Unión Europea para salvar el acuerdo nuclear con Irán. El Español. https://www.elespanol.com/mundo/europa/20180508/plan-union-europea-salvar-acuerdo-nuclear-iran/305720670_0.html