En ocasiones las personas que nos dedicamos a analizar fenómenos políticos caemos en el error de tratar de aplicar categorías conceptuales creadas en occidente a situaciones que se configuran a partir de otra lógica. Confieso que como seguidor de casos como Polonia o Hungría he tenido dificultades para evitar este sesgo occidentalista y el fetiche por la democracia que ello implica. El caso de Oriente Medio es algo similar. En este caso, muchos acudieron en aquellos 2011 a calificar las revueltas árabes como “luchas por la democracia”. Asumiendo que todos deseaban la forma de vida de occidente. Este sesgo a su vez nos permite “justificar” cosas difíciles de justificar, como intervenciones en naciones para “liberar” a la población y traer la tan ansiada democracia, sin tomar en cuenta las desastrosas consecuencias que ello puede conllevar.
No se pretende inventar el agua tibia. A estas alturas con varios años transcurridos, varios intereses estratégicos develados y varios cables de WikiLeaks liberados, entre ellos aquellos que develan un papel protagónico de la mandataria Hillary Clinton (1), podemos inferir que la intervención de la OTAN en Libia fue una pantalla para encubrir intereses políticos y económicos. Ya sea una Francia como motor principal de la intervención armada a partir de la necesidad de Sarkozy de relegitimarse ante el electorado; un apoyo pragmático de Reino Unido mediante la puesta en la discusión de la zona de exclusión aérea; una postura ambigua de Italia en aras de salvaguardar sus intereses, se mantuviera o no en el poder Gadafi; o una Alemania reticente a intervenir, pero facilitadora mediante cooperación vía reforzamiento de sus medios en Afganistán (2); permiten visualizar cómo un conflicto que ha dejado cientos de miles de muertes se lee mejor en términos de Realpolitik (3), que en los términos optimistas que se planteaba originalmente.
Muchos liberales optimistas en su momento calificaron las revueltas de prodemocráticas. Otros (as) aun en ese momento cuestionaron el supuesto de que las revoluciones entre 2011-2013 que hubieron en esta locación del mundo fueran necesariamente por este fin. Es necesario tomar en cuenta que estas insurrecciones, en el marco de lo que comúnmente se denomina Primavera Árabe, se dieron en un contexto de crisis internacional de la economía. Ello implica repensar algunas cosas, entre ellas que “conseguir democracia” no necesariamente es el catalizador de estas revueltas, sino mayoritariamente la necesidad de mejora en las condiciones materiales por parte de la ciudadanía. Respecto a este tema, Rabbia hace énfasis en la importancia de comprender que este tipo de sistemas autocráticos se fundamentan en la legitimidad y la eficacia. La eficacia económica garantiza la legitimidad (4), y por tanto al diluirse esta, los fundamentos últimos del sistema se debilitan. Por otra parte, un elemento fundamental para comprender el caso libio fue a criterio de Lecchini y Rabbia, la cuestión étnica y de clanes (5). Libia posee cerca de 150 clanes con costumbres y rasgos identitarios propios, que no necesariamente están adaptados en su idiosincrasia a la democracia que occidente desea.
Habiendo repasado la importancia de desprendernos un poco del occidentalismo es posible avanzar hacia el análisis del fenómeno político. Anterior a la intervención militar de OTAN, Libia se encontraba en el puesto número 50 del ranking de desarrollo humano. En la actualidad, según el último dato disponible se encuentra en el puesto número 102. Otros indicadores, como Producto Interno Bruto (PIB), permiten observar también una disminución en la calidad de vida de los ciudadanos y ciudadanas como consecuencia de la arbitrariedad de los países hegemónicos. Este ha disminuido abruptamente de forma consecutiva desde 2013, siendo 2014 el año de mayor pérdida para Libia con una disminución de un 53% (6).
No obstante, más allá de los datos es importante (intentar) analizar la cuestión humana. Aun organizaciones como Amnistía Internacional, que en su momento se mostraron posicionadas implícitamente a favor de los intereses de OTAN (7), hoy han tenido que modificar su discurso y reconocer –también de forma implícita- que la intervención militar no ha traído más que dolor y sufrimiento a la población (8). La inestabilidad permitió que grupos terroristas que tenían influencia en Siria e Irak expandieran su influencia en la región mediante Libia (9). Por otro lado, tras la intervención de OTAN el Primer Ministro del gobierno de transición Ali Zeidan no pudo poder fin a las milicias que habían formado parte de los combates, lo cual hace que la situación sea de guerra civil permanente.
En 2015 el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) emite un documento que detalla la situación que se vive en Libia. El informe describe una escalada en los disturbios y desordenes generados por gran cantidad de grupos armados (10). Este señala que para esa fecha, los múltiples enfrentamientos entre grupos extremistas provocaron que unas ciento veinte mil personas se movilizaran para escapar (11); adicionalmente dicho informe aborda el tema de los múltiples desplazamientos y la escases de medicinas. En 2016, CSNU pública otro informe en el que corrobora la situación caótica (12). Uno de los puntos que llama la atención es en el que reconoce que la ciudadanía desconoce a las autoridades impuestas tras la intervención. Mostrando esto la poca legitimidad de la que goza en la actualidad el gobierno que deseaba imponer occidente. Actualmente hay dos gobiernos paralelos, uno en Tobruk respaldado por occidente y otro en Tripoli (13).
El conflicto que “justificó” la intervención de la OTAN se desarrolló entre febrero y octubre de 2011, y terminó con el asesinato del líder libio Muammar Al Gadafi y la victoria de los rebeldes. Esta intervención se amparó legalmente en la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Se alegó que se debía “proteger” a la población de las supuestas violaciones a los Derechos Humanos, de las cuales aún a la fecha según varias fuentes no hay suficientes pruebas (14). La medida fue promovida principalmente por Francia y Reino Unido. Rusia, China y Alemania decidieron abstenerse (15).
Respecto a la cuestión legal de la “Intervención por Motivos Humanitarios” y la “Responsabilidad de Proteger”, también hay escepticismo para este caso. Para Djaziri la intervención de la OTAN no se ajustó al mandato de la ONU, y se convirtió en una operación de guerra contra el régimen de Gadafi (16). Inclusive, doctrinarios a favor de este tipo de intervenciones se muestran críticos (as) con su uso en el caso libio, tanto por el desmedido uso de la fuerza, como por el hecho de tomar partido por una de las partes como fue el caso del rearme a los rebeldes y los bombardeos en apoyo de estos (17).
Analizando hoy en retrospectiva podemos hacer algunas suposiciones. Principalmente respecto a los intereses económicos y políticos de occidente en Libia. De los 3000 correos electrónicos privados liberados mediante cables de WikiLeaks, uno correspondiente a Hillary Clinton detalla que las reservas de oro de Libia ascendían a siete billones de dólares. También señala algunos de los motivos de Sarkozy de la invasión a Libia, los cuales se enumeran de la siguiente forma: i) deseo de ganar una mayor porción de la producción petrolera de Libia, ii) incremento de la influencia francesa en el norte de África; iii) Mejoramiento de la situación política interna francesa; iv) proveerle a la fuerza militar francesa la posibilidad de reposicionarse en el mundo y; v) evitar un posible plan de Gadafi de suplantar a Francia como potencia dominante en la África francófona (18). A partir de elementos como estos podemos señalar que la tesis que plantearon algunos autores críticos en 2012 y 2013 es afirmativa.
Ello no implica que Gadafi en cuestión no haya tomado decisiones poco estratégicas. El hecho de acumular oro dentro de Libia implica negar ese dinero a la banca mundial; renunciar al dólar (19), su deseo de crear una moneda africana (20), era una bofetada en la cara para Francia cuya moneda se utiliza en ocho países de África. Su reticencia a abrirse a la explotación y distribución petrolífera extranjera fueron decisiones que en general un individuo pragmático –o que valore medianamente su vida- no tomaría.
En cuanto a OTAN en la actualidad, esta ha decidido cambiar de estrategia. La intervención tal como es posible visualizar no dio el resultado esperado. La terquedad de analizar las cuestiones en términos occidentales hizo pensar a los dirigentes de las naciones hegemónicas que habría una transición hacia la democracia, pero no la hubo. Tal como señala Jofré, el caso de Libia no fue como las revoluciones Rosa de Georgia, de los Tulipanes de Kirguistán, Naranja de Ucrania o Blanca de Bielorrusia. No fue un movimiento marcado por un discurso proccidental, ni permitió un Golpe Suave. Por el contrario, puso de manifiesto las condiciones sociales, identitarias, culturales y específicas de Libia. Actualmente, OTAN ha decidido emprender una retirada estratégica y apoyar a Africom (21). Esto a criterio de Djaziri muestra la voluntad de la OTAN de que los libios ya no la consideren un actor militar clave y hegemónico, y de evitar también cualquier enfrentamiento con Rusia quien ejerce influencia en Egipto (22). Inclusive el mismo Barack Obama reconoce que fue un error no haber medido las consecuencias de la intervención (23).
A partir de todos estos acontecimientos podemos extraer algunas lecciones. La primera, la señalada desde el inicio sobre el uso de categorías estáticas para todos los fenómenos políticos. Podríamos sin darnos cuenta terminar reproduciendo lo que señalaba Giovanni Sartori cuando indicaba sobre la “norteamericanización” del análisis, y de la que él consideraba errónea costumbre de entender la comparative polítics como sinónimo de “estudio de países extranjeros”, señalaba entonces que para comparar algo las unidades debían ser similares (24). Nuestra Ciencia Política (en Costa Rica) es básicamente una versión criolla de la Ciencia Política estadounidense, así que es normal que en ocasiones reproduzcamos esos errores.
Otra conclusión que se puede extraer es lo que se refiere propiamente a la política internacional. Los países implicados ven intereses prácticos en intervenir Libia, y eso es la verdadera justificante de la intervención, pero para llegar a esa conclusión es útil analizar desde el realismo político. Finalmente la conclusión más obvia y desalentadora. La intervención de OTAN fue un fiasco y las causas de la guerra en Libia una gran farsa.
Notas
1. RT, “Assange: ‘Hillary Clinton Fue La Figura Clave En La Destrucción Del Estado de Libia,’” Página web diario RT, May 11, 2016, https://actualidad.rt.com/actualidad/222858-assange-clinton-figura-clave-destruccion-libia.
2. Alicia Sorroza, “Intervención en Libia: un puzzle de intereses europeos,” Boletín Elcano, no. 136 (May 17, 2011): 9 p.
3. Lecchini y Rabbia definen Realpolitik como la política exterior basada en intereses prácticos, y tanto las necesidades concretas como inmediatas. Gladys Lechini and Noemi S. Rabbia, “Arab Spring Incidents in the End of the ‘Green Era’ in Libya: Questions on the Right to Intervene and the Duty to Interfere,” Austral: Brazilian Journal of Strategy & International Relations 2, no. 3 (December 15, 2012): 147.
4. Noemi S. Rabbia, “Libia: ¿de La Era Verde a La Democracia?,” Postdata 18, no. 1 (June 2013): 103–21.
5. Lechini and Rabbia, “Arab Spring Incidents in the End of the ‘Green Era’ in Libya: Questions on the Right to Intervene and the Duty to Interfere,” 149.
6. Información obtenida en datosmacro.com
7. Amnistía Internacional, “Lucha Por Libia Homicidios, Desapariciones Y Tortura” (Amnistía Internacional, May 2011).
8. Amnistía Internacional, “Libia 2016/2017,” Página web Amnistia Internacional, 2017, https://www.amnesty.org/es/countries/middle-east-and-north-africa/libya/report-libya/.
9. Redacción, “Libia: 2 Gobiernos, 1.700 Milicias Y El Avance de Estado Islámico,” Página web diario BBC Mundo, January 28, 2015, http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/01/150128_libia_crisis_ataque_estado_islamico_men.
10. ONU, “Empeoró La Situación de Derechos Humanos En Libia En 2014,” Página web ONU, October 2, 2015, http://www.un.org/spanish/News/story.asp?NewsID=31621#.WfaQWnZrzIU.
11. CSNU, “Informe Del Secretario General Sobre La Misión de Apoyo de Las Naciones Unidas En Libia,” February 26, 2015, 2, http://www.un.org/es/comun/docs/?symbol=S/2015/144.
12. CSNU, “Informe Del Secretario General Sobre La Misión de Apoyo de Las Naciones Unidas En Libia,” January 12, 2016, http://www.un.org/ga/search/view_doc.asp?symbol=S/2016/1011&referer=/english/&Lang=S.
13. Pablo Jofré, “Libia Vive Un Caos Programado,” Página web diario HispanTV, March 19, 2015, http://www.hispantv.com/noticias/opinion/22405/libia-vive-un-caos-programado.
14. Ellen Brown, “Money, Power and Oil. Exposing the Libyan Agenda: A Closer Look at Hillary’s Emails,” Página web de Global Research, March 13, 2016, https://www.globalresearch.ca/exposing-the-libyan-agenda-a-closer-look-at-hillarys-emails/5514010.
15. Europa Press, “El Consejo de Seguridad de La ONU Aprueba Establecer La Zona de Exclusión Aérea Sobre Libia,” Página web diario Europa Press, March 18, 2011, http://www.europapress.es/internacional/noticia-consejo-seguridad-onu-aprueba-establecer-zona-exclusion-aerea-libia-20110317235516.html.
16. Moncef Djaziri, “La Nueva Estrategia de La OTAN En Libia,” Página web de Política Exterior S.A., September 21, 2016, http://www.politicaexterior.com/articulos/afkar-ideas/la-nueva-estrategia-de-la-otan-en-libia/.
17. Romualdo García and Eugenia López, “De La Intervención Por Causas Humanitarias a La Responsabilidad de Proteger. Fundamentos, Similitudes Y Diferencias.,” Cuadernos de Estrategia 160 (2013): 18–76.
18. Sidney Bluementhal, “France Client & Qaddafi’s Gold.,” February 4, 2011, https://wikileaks.org/clinton-emails/emailid/12659.
19. TeleSur, “Guerra En Libia: ¿un Castigo a Gaddafi Por Renunciar Al Dólar?,” página web diario TeleSur, March 31, 2011, https://actualidad.rt.com/economia/view/25395-Guerra-en-Libia-un-castigo-a-Gaddafi-por-renunciar-al-d%C3%B3lar.
20. Brown, “Money, Power and Oil. Exposing the Libyan Agenda: A Closer Look at Hillary’s Emails.”
21. Mando combatiente unificado del departamento de defensa de los Estados Unidos en África.
22. Djaziri, “La Nueva Estrategia de La OTAN En Libia.”
23. EFE, “Barack Obama Admite Que Su Peor Error Fue No Pensar En El Futuro de Libia Tras La Intervención,” Página web diario El Mundo.es, October 4, 2016, http://www.elmundo.es/internacional/2016/04/10/570aa82fe2704e274c8b45d1.html.
24. Ángelo Panebianco, “Sartori Y La Ciencia Política,” 2007, https://scholar.google.es/scholar?hl=es&as_sdt=0%2C5&q=sartori+y+la+ciencia+politica+panebianco&btnG=.