Análisis semanal 143: La Diplomacia de Baloncesto de Roadman: ¿Mito o Realidad? (26 de junio de 2017)

Año: 
2017
Autor(es): 

 

Robar un cartel que cuelga de una pared suena como a una travesura de adolescentes. ¿Qué consecuencias podría traer ser atrapado en tal fechoría? Probablemente, una reprimenda por parte de los padres, reponer el cartel o su valor, o tal vez, enfrentar cargos menores, tratando a la persona con todo el peso de la ley. Pero, si lo hurtado fuese un cartel de propaganda colgando en los pasadizos de un hotel en Corea del Norte la respuesta sería distinta. Si a esto le sumamos que el perpetrador porta un pasaporte estadounidense la respuesta final es 15 años de prisión con trabajos forzados, y tal vez la muerte. Ese fue el destino de Otto Warmbier, un joven estadounidense que murió pocos días después de ser liberado por el régimen norcoreano.

El 13 de junio, Otto, un estudiante de economía de 22 años, regresó a los Estados Unidos en una condición delicada, y en estado de coma después de estar un año y medio preso. El 2 de enero del 2016, cuando Warmbier estaba a punto de regresar a casa junto a sus compañeros de viaje después de participar en un tour organizado por una agencia turística china, fue puesto bajo arresto y posteriormente condenado. La evidencia fue contundente, un video del sistema de seguridad del hotel mostró a Otto sustrayendo el cartel además de la confesión del hecho por el mismo Warmbier. Las causas de la muerte no son claras, las autoridades norcoreanas declararon que Otto contrajo botulismo y que después de ingerir una píldora para dormir cayó en estado de coma –sin indicar cuando exactamente-, pero los médicos estadounidenses no concuerdan con esta versión; sin embargo, no encontraron signos de violencia físico o agresión en el joven (1).

El caso de Otto ha reabierto el debate sobre qué tan seguro es viajar a Corea del Norte –especialmente para los estadounidenses- principalmente por el final tan trágico de su historia. Sin embargo, no es la primera vez que ciudadanos estadounidenses son detenidos por las autoridades Norcoreanas por razones igualmente sorprendentes: En 2012, Kenneth Bae, un ciudadano coreano-estadounidense y misionero evangélico, fue detenido bajo el cargo de organizar “actos hostiles contra la nación”; y en 2014, Jeffrey Fowle y Matthew Miller fueron puestos bajo custodia, el primero por dejar una biblia abandonada en el baño de un club nocturno, y el segundo, por haber roto su visa de turista y haber pedido asilo en Corea del Norte, por lo que ambos fueron procesados por “actos hostiles contra la nación al entrar bajo la apariencia de turista”. Consecutivamente, a finales de ese mismo año, los tres fueron liberados y regresaron a Estados Unidos sanos y salvos, a diferencia de Otto (2).

Todos los casos coinciden en varios puntos: Ciudadanos Estadounidenses, culpados de atentar contra la República Popular Democrática de Corea (RPDC) mediante sus “terribles” actos, exhibidos como evidencia de la interferencia de los enemigos de la nación, pero no lo suficientemente listos para engañar al gobierno del pueblo norcoreano. Posteriormente, se convierten en fichas de negociación política para presionar a Washington en momentos de tensión. Y finalmente, son liberados como muestra de “buena voluntad” o por “razones humanitarias” –cuando ya no son útiles-.

Además de lo anterior, existe otra coincidencia muy interesante. Todas estas liberaciones se dieron posterior a una visita de la famosa estrella de la NBA Dennis Roadman. Por ejemplo, Roadman visitó Corea del Norte en Enero del 2014 y para Octubre y Noviembre del mismo año Fowle, Bae, y Miller fueron liberados. Un año antes, Dennis había pedio la liberación de Kenneth Bae a su amigo Kim –el líder supremo de Corea del Norte- por medio de su cuenta en Twitter (3). Además el mismo Bae agradeció a Roadman por su rol “inadvertido” en su liberación (4). Recientemente, el 13 de junio, Dennis hizo realizó su quinta visita a tierras norcoreanas, mismo día que Otto fue liberado y enviado de vuelta a casa.

Un artículo publicado por The Washington Post (5) especula que Roadman fue enviado por el Presidente Donald Trump para establecer un canal de comunicación con Pyongyang, como el mismo Trump expresó en varias ocasiones llegando a declarar que sería “un honor” reunirse con el supremo líder norcoreano. Asimismo, Dennis y Trump no son personas ajenas, de hecho, Roadman apoyó a Trump durante su candidatura. Además Dennis participó en el reality show "Celebrity Apprentice" conducido por el ahora Presidente Trump.

Dado estos acontecimientos, el tema de la diplomacia de baloncesto de Roadman en Corea del Norte ha resurgido. ¿Qué tan real y efectiva es esta diplomacia alternativa? A primera vista la repuesta seria negativa. Desde su primer aterrizaje a tierras norcoreanas a inicios del 2013, el Departamento de Estado nunca ha reconocido o apoyado ninguno de los viajes del basquetbolista, y estos han sido patrocinados por empresas privadas –el último fue patrocinado por PutCoin una moneda virtual que facilita la comercialización de marihuana legal-. Además, sus traslados a Corea del Norte han sido fuertemente criticados, alegando que estos solo sirven como propaganda para un régimen violador de los Derechos Humanos, y que constantemente expresa sus deseos de aniquilar a los Estados Unidos. Y aunque Roadman se ve a sí mismo como un embajador con buenas intenciones (6), él nunca ha aceptado responsabilidad o crédito por ninguna liberación.

Por otro lado, la cercanía de sus visitas con las liberaciones parece revelar al menos un efecto positivo sobre Pyongyang. La relación Washington–Pyongyang es delicada y carece de canales de comunicación oficiales, si a esto le súmanos el contexto actual con las pretensiones nucleares norcoreanas y sus amenazas, la idea de enviar una estrella de baloncesto amiga del líder supremo para romper el hielo en los momentos más difíciles no parece tan descabellada –por supuesto de manera extra oficial y no reconocida-. Dennis Roadman, con su pelo teñido de colores y piercings, es uno de pocos ciudadanos estadounidenses que mantiene una relación cercana con Kim, donde incluso ha llegado a interactuar con la familia del líder, algo extremadamente raro. Además, actualmente Roadman parece tener más simpatía personal y política con Trump que con Obama, a quien criticó en un par de ocasiones.

La respuesta definitiva se revelaría si Roadman logra, o al menos intercede, en la liberación de los tres ciudadanos coreano-estadounidenses que actualmente están detenidos en Corea del Norte por razones similares a los casos anteriores. Kim Dong-chul, acusado de espionaje, y Kim Hak-song y Kim Sang-duck acusados de organizar “actos hostiles”, los dos últimos son profesores de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Pyongyang –una institución privada fundada y dirigida por coreanos-estadounidenses cristianos-. Finalmente, la diplomacia de baloncesto aunque polémica, no puede ser subestimada. Del mismo modo, es importante recordar que en diplomacia todo se vale, no en vano China envía pandas, y la diplomacia de Ping-Pong ayudó al reacercamiento entre Washington y Beijing en 1971.