En la actualidad y a pesar de que la Guerra Fría ha finalizado, las tensiones entre dos viejos antagonistas siguen siendo relevantes dentro de la escena internacional. Tanto Estados Unidos como Rusia pujan constantemente por mantener su cuota de poder dentro del sistema. Por una parte, occidente busca ganar terreno mediante la integración de naciones postsoviéticas a la Unión Europea (UE), y por otra parte Rusia busca mantener su poder en dichas naciones mediante el apoyo de movimientos separatistas, y la creación de organismos económicos multilaterales paralelos a la UE como la Unión Euroasiática.
En cuanto a las repercusiones militares de esta disputa, se encuentran las constantes tensiones entre la OTAN y Rusia que tienen a muchos especulando sobre la posibilidad de un conflicto mundial a gran escala. A finales de 2016 la OTAN acusó al gobierno de Vladimir Putin de mantener “posturas militares agresivas”, refiriéndose a la movilización rusa de arsenal nuclear; el Kremlin por otro lado acusó a la OTAN de aumentar las tensiones expandiéndose hacia el este (1). Los ejemplos anteriores permiten visualizar varias facetas del poder en el contexto internacional, una relacionada con la capacidad de influir mediante acuerdos y bloques comerciales e influencia política, y otra más relacionada con el poderío militar.
Respecto al concepto de poder, Joseph Nye parte de una concepción relacionada con la capacidad de dirigir las decisiones de los actores dentro del sistema internacional (2). En ese contexto tanto el poder blando como duro implican la modificación de las preferencias de otros actores. Una potencia tiene una determinada cuota de poder cuando es capaz de hacer que otros actores del sistema hagan acciones que bajo otras circunstancias no harían.
Rusia ejecuta en la zona post-soviética lo que Joseph Nye define como Smart Power (3), esto quiere decir una integración entre poder blando y duro que se traduce en el caso ruso en la existencia y acción de organizaciones no gubernamentales pro-rusas, una constante rusificación a través de la política migratoria, y la interferencia rusa en los asuntos gubernamentales de los Estados post-soviéticos, y por otra parte el respaldo de estos elementos mediante el despliegue militar (4).
La anexión de la península de Crimea es una muestra de esto. Este acontecimiento se dio en un contexto de intervención política, económica y militar de parte de Rusia mediante la imposición de sanciones económicas a Ucrania, el apoyo al candidato pro-ruso Víktor Yanukovich, y el despliegue de fuerzas militares rusas a territorio ucraniano alegando “legítima defensa” de las personas rusas habitantes del territorio (5). Lo anterior ha generado importantes rencillas con occidente que en la actualidad se continúan manifestando.
El Smart Power también implica el uso de las Tecnologías de la Información. A inicios de este año el FBI y la CIA concluyeron que Rusia ejecutó una campaña de ciberataques y desinformación para influir en la elección presidencial estadounidense a favor de Donald Trump (6). Más recientemente el mandatario Emmanuel Macron, en reunión con Vladimir Putin, sostuvo su acusación a Rusia de influir en la campaña francesa mediante supuestos ataques de hackers rusos y el apoyo a la candidata ultranacionalista Marine Le Pen (7).
Mediante lo anterior se ponen de manifiesto elementos importantes de la configuración del poder internacional, y es lo que Nye define como las tres vías básicas mediante las cuales se puede ejercer el poder, las cuales son la coerción, el pago y la atracción (8). Todas buscan de una u otra forma modificar los intereses de las contrapartes. En el caso de Crimea, se combinaron la coerción y el pago (intervención militar y económica), y la atracción (la retórica orientada a reivindicar derechos de los habitantes rusos del territorio). Dando como resultado la anexión de una península que le permite a Rusia obtener una salida al mar, estratégica para sus intereses geopolíticos.
Esto demuestra que en el contexto de la aplicación de poder inteligente la victoria no necesariamente se determina en función de la mayor cantidad de armamento. El Kremlin también apoya a organizaciones nacionalistas de extrema derecha y movimientos populistas de toda Europa (9), por lo que puede generar desestabilización sin necesidad de movilizar tropas. También existen importantes inversiones de parte del Estado en medios de comunicación, siendo la agencia de noticias Sputnik estratégica para la difusión de información afín a los intereses rusos.
En el ámbito militar, no se necesita una superioridad explícita, sino que bastan intervenciones definidas con precisión, y velozmente ejecutadas para anticiparse y evitar así una reacción de occidente (10). El conflicto en Siria es muestra de esto, Rusia no ejecuta un ataque frontal contra occidente pero si se contrapone a sus intereses mediante el uso de poder militar para apoyar al oficialismo en Siria. Respecto a esto, señalaría Joseph Nye que el poder duro nunca ha pasado de moda (11). Adicionalmente –y como muestra de la capacidad rusa de combinar poder duro y blando- Rusia utiliza el marco jurídico internacional como respaldo, pues el veto ruso en el marco del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas impedía –por lo menos legalmente- la intervención estadounidense en el conflicto. Donald Trump decidió esquivar la legalidad e intervenir en el conflicto de todos modos, siendo muestra esto de que la contraparte no está dispuesta a aceptar la multipolaridad que busca Rusia.
Rusia cuenta además con una ventaja geográfica importante, al encontrarse entre Europa y Asia tiene un margen de maniobra útil para sortear las sanciones impuestas por sus contrapartes (12). Estas sanciones son a su vez mecanismos de Smart Power de la otra parte del conflicto, pues por una parte contienen poder duro económico, que implica el pago de una consecuencia, y por otro, deriva de una estructura de consenso internacional como lo es la UE. El Smart Power en ocasiones puede resultar en un fracaso, tal como señala Joseph Nye en su entrevista al Centro de Estudios Interdisciplinarios Económicos y Políticos en 2016, cuando menciona el costo que tuvo para EUA la invasión a Irak (13). A partir de esto es posible observar que la aplicación de esta estrategia no garantiza en sí la victoria, pero si permite una aplicación efectiva del poder entendido como la capacidad de modificar las preferencias de los otros actores.
A partir de lo expuesto es posible afirmar que existe una doctrina desde Moscú que busca retomar la grandeza del imperio ruso, apelando por una multipolaridad en el que el poder no esté monopolizado en un solo actor. Lo anterior fundamentado en la retórica de que luego de la caída de la URSS el pueblo ruso se encuentra separado por fronteras y debe ser reunificado. Esta retórica se traduce en un poder inteligente que se ejecuta estratégicamente dependiendo de las situaciones. En ocasiones no es necesario movilizar ejércitos sino apoyar candidatos presidenciales, en otras la influencia mediática juega un rol preponderante, las tecnologías de la información pueden usarse para mermar la confianza en la democracia de occidente, y finalmente, cuando sea necesario el respaldo militar se utiliza como en los casos de Siria y Crimea. Todo lo anterior reavive las especulaciones ya sea sobre un conflicto mundial armado a gran escala, o el recrudecimiento de un escenario como el de la Guerra Fría.
Notas
(1) Redacción, “El Mapa Que Explica Por Qué Europa Y La OTAN Están Preocupadas Por El Despliegue de Misiles Nucleares de Rusia En Kaliningrado,” BBC Mundo, November 23, 2016, sec. Internacional, http://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-38086908.
(2) Joseph Nye, “La Cambiante Naturaleza Del Poder Mundial,” Political Science Quartely, CV, no. 2 (1990).
(3) Joseph S. Nye, Soft Power: The Means to Success in World Politics (PublicAffairs, 2004).
(4) Elizabeth Salmón and Pablo Rosales, “Rusia Y La Anexión de Crimea O La Crisis de La Post Guerra Fría,” Derecho PUCP, no. 73 (2015): 185–204.
(5) Alexéi Fenenko, “La ‘Doctrina Putin’ En El Espacio Postsoviético,” Rusia Beyond the Headlines, Noticias de Rusia | RBTH, (February 24, 2015), https://es.rbth.com/blogs/2015/02/24/la_doctrina_putin_en_el_espacio_postsovietico_47657.
(6) Guy Verhofstadt, “La Guerra Híbrida de Rusia Contra Occidente,” Página web diario El País, (January 6, 2017), para. 1, http://elpais.com/elpais/2017/01/06/opinion/1483725197_572402.html.
(7) Rui Ferreira, “Putin Y Macron: Peligrosas Diferencias Entre Moscú Y París,” Página web diario Las Américas, (May 30, 2017), http://www.diariolasamericas.com/mundo/peligrosas-diferencias-moscu-y-paris-n4123167
(8) Joseph S. Nye, “Get Smart: Combining Hard and Soft Power,” Foreign Affairs, 2009, 160–163.
(9) Verhofstadt, “La Guerra Híbrida de Rusia Contra Occidente,” para. 4.
(10) Xavier Colás, “Así Se Prepara Rusia Para Una Guerra Con Europa,” Página web diario El Mundo.es, (December 9, 2016), para. 4, http://www.elmundo.es/internacional/2016/12/09/584834b9e5fdea1b418b45c1.html.
(11) Pablo Colomer and Jorge Tamames, “Joseph Nye: ‘El Poder Duro Nunca Pasó de Moda’ | C.E.I.E.P. |,” Centro de Estudios Interdisciplinarios Económicos Y Políticos, June 11, 2016, http://ceiep.org/joseph-nye-el-poder-duro-nunca-paso-de-moda/.
(12) Redacción, “‘Rusia Tiene Una Ventaja Que La Ayudará a Superar Las Sanciones’ - RT,” Página web diario RT, RT En Español, (enero 2015), https://actualidad.rt.com/actualidad/164705-rusia-ventaja-geopolitica-superar-sanciones.
(13) Colomer and Tamames, “Joseph Nye.”