Análisis semanal 50: Una Unión Europea cada vez más desigual (22 de febrero de 2016)

Año: 
2016

 

La Unión Europea (UE) se encuentra actualmente en una situación que cada vez parece más compleja. En primer lugar, se enfrenta a un crecimiento económico débil, con una inestabilidad mayor en el valor del euro, la moneda única. En segundo lugar y sumado a lo anterior, la Unión Europea ha tenido que afrontar una recurrente crisis de la deuda griega que amenaza con los fantasmas de volver a caer en una recesión europea, y en la que la misma UE ha tenido parte no sólo en la generación, sino que también en la perpetuación, de la crisis. En tercer lugar, la UE se encuentra buscando la forma de resolver una crisis humanitaria de migración, la cual emerge, en parte, producto de su involucración en conflictos en otras partes del mundo, y que ahora las consecuencias de su participación en ellos les han llegado a sus propias puertas.

Ante todo este panorama político-económico y social difícil, actualmente se suma un nuevo reto que la UE debe enfrentar: la amenaza de un Brexit—salida del Reino Unido de la Unión Europea. Este reto es más complejo de lo que parece cuando se observa el panorama europeo con más detenimiento. El Brexit no sólo es un reto en el sentido de la amenaza que supone para el bienestar económico y político de la Unión que el Reino Unido salga de la misma; también es un reto en el otro sentido que muestra el trato diferenciado que las autoridades de la UE, y quienes realmente la manejan, le dan a ciertos países miembros y a otros no. Esta situación queda prístinamente clara luego del “logro” del acuerdo entre los países de la Unión Europea con el primer ministro británico, David Cameron, el cual favoreció en gran medida al país de éste último,  durante la celebración de la cumbre europea de los días 19 y 20 de Febrero de 2016.

Para contextualizar un poco el tema que gira alrededor del Brexit, este siempre ha estado presente en el debate político británico. En efecto, Gran Bretaña ha sido uno de los pocos países miembros de la Unión Europea en tener una actitud renuente y escéptica ante el proyecto político europeo (Al Jazeera [A], 2016). La razón principal de esta renuencia ha sido las restricciones en la soberanía política, y en materia fiscal, o al menos regulatoria, en el ámbito económico y financiero de los países miembros, que establecen los tratados europeos, y en general todo el proyecto europeo iniciado desde 1950. El Reino Unido de Gran Bretaña es uno de los países que menos regulaciones económicas y financieras ha impuesto, y por ello, en un contexto económico mundial dominado por el neo-liberalismo, su capital, Londres, ha logrado convertirse en el principal centro financiero del continente europeo (TheEconomist, 2016). Incluso algunos le han llamado el Wall Street de Europa (Al Jazeera [B], 2016). Por esta razón es que Gran Bretaña, aunque es miembro de la Unión Europea, no pertenece a la zona euro, por lo que mantiene una moneda independiente, la libra esterlina, ni tampoco pertenece a la zona Schengen, por lo que no posee una frontera común europea. A todas cuentas, pareciera ser que el Reino Unido no desea pertenecer a un proyecto de una Gran Europa o un super-Estado europeo, y por ello ve con recelo todo intento de fortalecer la unión política y económica entre los países miembros de la UE (Al Jazeera [C], 2016).

Ante este contexto es que, en plena campaña política por lograr mantener su mayoría en el congreso británico durante el 2015, el líder del partido Conservador y primer ministro, David Cameron, prometió no sólo renegociar los términos de asociación del país con la Unión Europea, sino que también convocar a un referéndum para decidir el futuro político del Reino Unido con respecto al resto de Europa, como se ha apuntado en un anterior análisis (Johanning, 2015). Con esto, el reto de mantener una Europa unida bajo la organización de la Unión Europea se vio acrecentado, recordando que también Grecia había estado anteriormente pensando seriamente la opción de salir de la UE, ante su angustiante situación económica. Sin embargo, no sería hasta la semana pasada que la amenaza del Brexit mostraría tajantemente la desigualdad que impera en el proyecto europeo.

He aquí el fondo del asunto: ¿por qué cuando Grecia consideró la idea de un Grexit, esta fue respondida por la UE con duras críticas, y básicamente mano dura, mientras que el Brexit ha sido más bien respondido con mayores concesiones y trato preferencial a Gran Bretaña? Si bien la crisis de la deuda griega ha mostrado que el proyecto europeo no es tan democrático como se creía, en el mejor de los casos, o que inclusive podría ir en contra del principio democrático, si le fuera conveniente, la amenaza del Brexit ha venido a mostrar otra cara oscura del proyecto europeo: es un proyecto basado en la desigualdad.

A diferencia de las negociaciones con Grecia para evitar el Grexit, las negociaciones con el Reino Unido durante la cumbre europea del 19 y 20 de febrero de 2016 mostraron a una Unión Europea servil ante las demandas británicas. En efecto, al final de la jornada, en los cuatro puntos de agenda y discusión, Gran Bretaña sacó concesiones favorables que le profundizan su “estatus excepcional” dentro de la Unión. En primer lugar, y en detrimento de principios básicos del tratado europeo, el Reino Unido puede discriminar a los trabajadores extranjeros que laboren en su país. Los trabajadores extranjeros que tengan menos de 4 años de vivir en el Reino Unido no tendrán acceso libre y sin costo a las prestaciones sociales, como por ejemplo el sistema de salud, durante 7 años no prorrogables.En segundo lugar, el Reino Unido logró hacer que las pensiones alimenticias que los trabajadores extranjeros envían a sus familias en sus países de origen se adecuen al costo de vida del país de origen, con lo que se reduciría el monto que estos trabajadores envían a sus familias, reduciendo significativamente una “fuga de capital”, y afectando profundamente a las familias de estos trabajadores que buscan mejor vida. En tercer lugar, el Reino Unido logró tener un “pseudo-veto” en materia de regulación financiera y económica que imponga el parlamento europeo. Más que un veto, es una forma de detener nuevas políticas regulatorias para buscar otras alternativas, con lo que Gran Bretaña obtiene una gran concesión para mantener su “soberanía económica” dentro de la Unión. En cuarto lugar, la Unión Europea tuvo que aceptar la relatividad del lema del tratado europeo que busca “la cada vez mayor unión entre los pueblos de Europa” en relación con Gran Bretaña. Al final, “es reconocido que el Reino Unido… no está comprometida con una integración política mayor en la Unión Europea… Referencias a una cada vez mayor unión no aplican al Reino Unido” (Rankin, 2016; Pérez, 2016; Al Jazeera [D], 2016; Al Jazeera [E], 2016;

Este acuerdo que incluso Angela Merkel, la canciller alemana, ha catalogado de “trato justo” (Pérez, 2016) ha mostrado claramente que la Unión Europea valora desigualmente a sus países miembros. Esto se demuestra por el cambio del Primer Ministro Británico, que ahora favorece permanecer dentro de la Unión Europea (Watt, Traynor y Rankin, 2016).En realidad, el acuerdo con el Reino Unido ha mostrado que dentro de la Unión Europea pareciera ser que existen miembros útiles, cuya presencia es alentada a cualquier costo, mientras que existen miembros que más bien vienen a arrastrar al grupo como un todo, y que deben ser puestos en su lugar.

Ahora solo queda esperar para ver qué decidirán los británicos en el referéndum que se estableció para el 23 de junio de 2016, pero desde ya quienes manejan los mercados internacionales—que obviamente no es una mano invisible “idílica”—se han posicionado a favor de que Gran Bretaña permanezca dentro la UE (Al Jazeera [D], 2016). Goldman Sachs ya está financiando la campaña política de BritainStronger in Europe, la posición pro-europea, y se espera que JPMorgan Chase, Bank of America y Morgan Satanley hagan lo mismo (Riestra, 2016), y desde ya la especulación muestra su posición a favor de la posición pro-europea, ya que cuando el popular alcalde londinense Boris Johnson anunció que haría lobby por la posición de salir de la UE, la libra esterlina empezó a debilitarse en los mercados internacionales (Viaña, 2016; El País Internacional, 2016). Todo lo anterior recalca significativamente que en efecto el proyecto europeo realmente está en una gran necesidad de reformarse a sí mismo.

Fuentes Consultadas

Al Jazeera [A]. (2016). Does Britain Belong in Europe. [en línea]. [Consultado el 22/02/2016]. Disponible en: http://www.aljazeera.com/programmes/insidestory/2016/02/britain-belong-europe-160218185302991.html.

 Al Jazeera [B]. (2016).The UK, EU and Brexit: Who wins and who loses?.[en línea]. [Consultado el 22/02/2016]. Disponible en:http://www.aljazeera.com/programmes/countingthecost/2016/02/uk-eu-brexit-wins-loses-160219173639877.html.

Al Jazeera [C]. (2016).Brexit: Why breaking up is hard to do. [en línea]. [Consultado el 22/02/2016]. Disponible en:http://www.aljazeera.com/programmes/countingthecost/2016/02/brexit-breaking-hard-160221082144938.html.

Al Jazeera [D]. (2016).Britain to hold EU referendum on 23 June. [en línea]. [Consultado el 22/02/2016]. Disponible en:http://www.aljazeera.com/news/2016/02/britain-hold-eu-referendum-june-23-160220125646701.html.

Al Jazeera [E]. (2016).Cameron ‘Battling for Britain’ at key EU summit. [enlínea]. [Consultado el 22/02/2016]. Disponible en:http://www.aljazeera.com/news/2016/02/cameron-battling-britain-key-eu-summit-160218181921747.html.

Pérez, C. (2016). La UE sella un nuevo pacto con Reino Unido tras maratón negociador. El País Internacional. [en línea]. [Consultado el 22/02/2016]. Disponible en:http://internacional.elpais.com/internacional/2016/02/19/actualidad/1455872429_141482.html.

El País Internacional. (2016). La campaña del referéndum por el ‘brexit’ pasa factura a la libra. [en línea]. [Consultado el 22/02/2016]. Disponible en:http://economia.elpais.com/economia/2016/02/22/actualidad/1456136198_539133.html.

Rankin, J. (2016). David Cameron’s UE deal: what he wanted and what he got. TheGuardian. [en línea]. [Consultado el 22/02/2016]. Disponible en:http://www.theguardian.com/world/2016/feb/19/camerons-eu-deal-what-he-wanted-and-what-he-got?utm_source=esp&utm_medium=Email&utm_campaign=GU+Today+main+NEW+H&utm_term=157754&subid=17833164&CMP=EMCNEWEML6619I2.

Riestra, L. (2016). ‘Brexit’ sí o ‘Brexit’ no: argumentos a favor y en contra de la salida de Reino Unido de la UE. Huffington Post. [en línea]. [Consultado el 22/02/2016]. Disponible en:http://www.huffingtonpost.es/2016/02/17/brexit-salida-ue_n_9250740.html.

TheEconomist. (2016). A background guide to “Brexit” from the European Union. [en línea]. [Consultado el 22/02/2016]. Disponible en:http://www.economist.com/blogs/graphicdetail/2016/01/graphics-britain-s-referendum-eu-membership.

Viaña, D. (2016). El coste del ‘Brexit’: caída de la libra, freno del crecimiento y rebaja del ‘rating’. El Mundo. [enlínea]. [Consultado el 22/02/2016]. Disponibleen:http://www.elmundo.es/economia/2016/02/22/56caf3ed22601dfa198b458c.html.

Watt, N., Traynor, I. y Rankin, J. (2016). Cameron will put ‘heart and soul’ into staying in EU after sealing deal. The Guardian. [enlínea]. [Consultado el 22/02/2016]. Disponible en:http://www.theguardian.com/politics/2016/feb/19/david-cameron-deal-european-leaders-paves-way-june-referendum?utm_source=esp&utm_medium=Email&utm_campaign=GU+Today+main+NEW+H&utm_term=157754&subid=17833164&CMP=EMCNEWEML6619I2

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