Panamá despega

El 1 de febrero la línea aérea Emirates, llegará por primera vez a Centroamérica. El vuelo directo más largo del mundo (17.5 horas), unirá a Dubai con la Ciudad de Panamá. Esta nueva ruta es el resultado de las gestiones que desde noviembre de 2014 venía haciendo la vicepresidenta de Panamá Isabel de Saint Malo. Apenas una semana después de que esta conexión fuera conocida, la compañía Turkish Airlines informó que el próximo año también llegaría al Aeropuerto Internacional de Tocumen. Lo mismo hará la compañía alemana Lufthansa

La llegada de estas aerolíneas confirma une tendencia que se ha venido haciendo cada vez más evidente: Panamá se ha convertido en los últimos años en un hub comercial internacional y un referente regional en el campo de la infraestructura. Es el país de mayor desarrollo económico del continente americano en los últimos 10 años y se estima que continuará creciendo en poco más del 6% anual en lo que resta de la década.

En el campo de la infraestructura, dos megaproyectos demuestran las notables capacidades desarrolladas por este país: el metro de Panamá, cuya Línea No. 2 ya se ha empezado a construir y por supuesto, la ampliación del Canal de Panamá. Al 31 de octubre de este año, las obras de ampliación de esta faraónica iniciativa presentan un avance del 95% y se espera que el canal sea operativo en abril de 2016.

La ampliación del Canal tendrá un efecto dinamizador en diversos espacios de las economías de la región. Uno de estos es la capacidad portuaria. La ampliación impactará en los puertos de la región, especialmente en las costas de los EE.UU. y creará nuevas oportunidades de desarrollo para la plataforma de servicios logísticos vinculada al conglomerado del canal panameño (Chapman, 2014: 40).

El auge económico de Panamá va más allá de la infraestructura, pues otros –ámbitos muestran también el dinamismo de la economía panameña. Uno de estos es el de campo energético y concretamente gas y petróleo, pues se han localizado cuencas geológicas potencialmente productivas en el Darién, el Golfo de San Miguel, el Golfo de Panamá, Bayano y Bocas del Toro.

El “auge” panameño no ha estado exento de problemas. En el caso de la ampliación del Canal, el proceso ha debido atravesar enormes dificultades financieras, huelgas, infinidad de dificultades técnicas y prolongadas negociaciones políticas. El país tiene todavía mucho que hacer en campos como la rendición de cuentas, la transparencia, la separación real de los poderes públicos o el combate a la desigualdad. Sin embargo, el gobierno y distintos sectores sociales y económicos han sabido remontar la mayoría de contratiempos.

Resulta difícil evitar la tentación de comparar el caso panameño con otras experiencias de la región, como la costarricense, que presenta un inmovilismo legal, social y político que impide avanzar incluso a las iniciativas más modestas. Costa Rica simplemente parece perder la iniciativa en el plano de la proyección económica internacional y en la búsqueda de alianzas e inversiones.

Bibliografía

Chapman, F. (2014). Panamá: retos y oportunidades. Forbes, agosto.