Desde las páginas de opinión (mayo-junio 2011)

Nuria Marín (La República, 2/5/2011) comentó la trascendencia de la gira latinoamericana del presidente de Alemania Christian Wulff, la cual incluía México, Costa Rica y Brasil. La escogencia de visitar Costa Rica representa un repunte en el protagonismo internacional del país, opacado – por ejemplo – por la visita de Obama a El Salvador.

El primer ministro japonés Naoto Kan agradeció públicamente la solidaridad y cooperación de Costa Rica y su presidenta Laura Chinchilla ante la catástrofe del terremoto. Indicó que la amistad entre ambas naciones se fortaleció más que nunca (La Nación, 2/5/2011).

A cuatro manos, el canciller René Castro y el embajador en Singapur Juan Cordero hicieron patentes los principales fundamentos en la política exterior costarricense: la paz, el desarrollo sostenible, la prosperidad y la solidaridad. Afirman que pese a las crecientes complejidades de las relaciones internacionales, las aspiraciones no cambiarán (La Nación, 4/5/2011).

El embajador costarricense en Naciones Unidas, Eduardo Ulibarri, destacó el papel de este organismo internacional en cuanto a las libertades de expresión y de prensa. La Declaración Windhoek de 1993 y la Declaración Universal de Derechos Humanos constituyen bases jurídicas que sostienen a la expresión y la prensa como derechos fundamentales. Pero Ulibarri señala que no bastan los derechos, se requieren accesos y oportunidades para ejercerlos (La Nación, 8/5/2011).

En otro artículo, Ulibarri (La Nación, 25/5/2011) destacó el nombramiento de Costa Rica en el Consejo de Derecho Humanos, logrado gracias a la trayectoria nacional en materia de derechos humanos. El país sostiene ejes programáticos para su trabajo en el Consejo, tales como evitar su politización, impulsar la educación en derechos humanos y denunciar violaciones graves. Asimismo se compromete en la lucha contra la impunidad mediante la Corte Penal Internacional.

Siguiendo con el tema anterior, Norman Antonio Lizano (La Prensa Libre, 23/6/2011), ministro consejero en Ginebra, catalogó la elección de Costa Rica en el Consejo de Derechos Humanos como un logro fundamental en la política exterior, producto del historial costarricense en materia de derechos humanos, democracia y búsqueda del desarme. Además destaca que la llegada de Costa Rica al Consejo otorga legitimidad al foro internacional.

En La Nación (15/5/2011) Arnoldo Brenes y Sergio Ugalde – abogados de Costa Rica ante la Corte Internacional de Justicia – explican cómo se protegieron y defendieron los intereses marítimos costarricenses en el caso Nicaragua vs. Colombia. Aunque la Corte se comprometió en respetar el territorio marítimo de Costa Rica en el mar Caribe, los juristas igualmente recomiendan vigilar el desarrollo de este caso.

También un artículo de Freddy Pachecho, publicado tanto en La Nación como en La Prensa Libre (26/5/2011), analizó el caso entre Nicaragua y Colombia y las consecuencias para Costa Rica. Recuerda que Costa Rica es un implicado relevante en la disputa ya que se basa en decisiones anteriores tomadas en la política exterior Oduber-Facio, aún con efectos. Para el catedrático la situación es delicada debido a la negativa de la Corte de que Costa Rica sea partícipe del debate.

En las páginas de opinión se publicaron también críticas y defensas sobre la labor de la presente Cancillería.

Un editorial de La República (19/5/2011) argumentó que el conflicto reciente con Nicaragua dañó la imagen de Costa Rica debido a las decisiones tomadas en el manejo de las relaciones internacionales. Precisa que una vez comprobada la invasión a Calero se debió haber planteado el conflicto en Naciones Unidas y no en la Organización de Estados Americanos. Además la intervención de la Corte de La Haya no produjo resultados novedosos sino que transformó el conflicto sobre soberanía en uno sobre fronteras. Por lo tanto los diplomáticos costarricenses erraron en su visión y acciones, cayendo en el “juego planeado” por Nicaragua.

 “La Cancillería está a punto de convertirse en el puente de la platina de la política exterior costarricense” escribió el politólogo Rodolfo Cerdas (La Nación, 12/6/2011). Su humorosa metáfora resume los “desaciertos” y la “improvisación” de la Cancillería, como la propuesta de reactivar el TIAR, el nombramiento del nuevo embajador en Cuba y la descoordinación regional en el combate al narcotráfico y el crimen organizado.

Jaime Gutiérrez Góngora (La Nación, 14/6/2011) propone apostar hacia una unión con Panamá y alejarse de los demás países de Centroamérica. Considera que en estos últimos asecha el terrorismo, el narcotráfico y el comunismo; por otro lado, hay más similitudes entre Costa Rica y Panamá, así como campos en los cuales se puede aprender. Para Gutiérrez un proyecto de concordia con este país sería un gran logro para el gobierno de Laura Chinchilla.

El ministro de relaciones exteriores René Castro (La Nación, 22/6/2011) respondió a la publicación del periódico La Nación sobre los nombramientos políticos en el servicio exterior. Manifestó que esa información es incorrecta puesto que las personas nombradas deben cumplir con requisitos normados, exámenes y cursos. De modo que asegura que existe un creciente proceso de profesionalización en la Cancillería.