Desde las páginas de opinión (marzo-abril 2009)

Durante los meses de estudio, los análisis de opinión se basaron básicamente en dos hechos: reestablecimiento de las relaciones con Cuba y la reunión de los presidentes centroamericanos con Joseph Biden.

La analista Nuria Marín califica como acertado el reestablecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba por dos razones. En primer lugar, hay que tomar en cuenta el nuevo contexto geopolítico internacional, donde privilegia lo pragmático sobre lo ideológico. En segundo lugar, dicha coyuntura ofrece una oportunidad para Costa Rica de posicionarse como voz de la región (La República, 23/03/09).

Armando Vargas Araya resalta la relevancia de las relaciones de nuestro país con Cuba, ya que señala y comenta los aportes de dicho país a Costa Rica a lo largo de la historia. Vale rescatar la influencia de intelectuales cubanos en el positivismo, el liberalismo, la democracia y la ciencia jurídica (El País, 30/03/09).

Sobre la cumbre, el editorial La Nación señala que el gran aporte de la visita de Biden fue “el abordaje más integral, balanceado y de doble vía para las relaciones interamericanas”. Además determina que hay un cambio en el enfoque de Estados Unidos con respecto a América Latina. Resalta la necesidad de su mercado y de la cooperación que brinda (La Nación, 1/04/09).

Un distanciamiento de las políticas de las administraciones Bush es lo que buscó en su visita el vicepresidente Biden, señaló la Prensa Libre en su editorial. Sin embargo añade que dicho representante de Estados Unidos no es “el responsable directo de las relaciones internacionales, ni lo es tampoco del comercio”. De manera que los países deben crear agendas más sólidas en estos encuentros (La Prensa Libre, 1/04/09).

El politólogo Rodolfo Cerdas definió la cumbre como un “fracaso” considerando básicamente el “error” del presidente Óscar Arias al pretender realizar el papel me interlocutor entre Centroamérica y Estados Unidos (La Nación, 5/04/09).

Otro comentario, de Walter Rubén Hernández, señala que hay que diferenciar claramente el papel que desempeñó Arias en la pacificación de Centroamérica en su primera administración y su gestión en la política exterior en la segunda. Esta última se diferencia en ser más personalista, con un equipo de gobierno menos preparado y donde el tema de derechos humanos ha estado más olvidado (La Prensa Libre, 8/04/09).

En otros temas, Róger Churnside, economista y ex Embajador en Jamaica, considera necesario cambiar ciertas prácticas en nuestras relaciones internacionales: con China se debería poner énfasis en el aprendizaje de su “cultura laboral, su capacidad administrativa y sus técnicas de planificación”; con Estados Unidos propone dar prioridad a proyectos de interacción entre bases socioculturales. Además añade que se deben impulsar proyectos trilaterales, es decir con participación china, estadounidense y costarricense (La Nación, 28/03/09).

El Dr. Constantino Urcuyo analiza la nueva política de Washington hacia América Latina. En síntesis concluye que éste “pareciera guiado por un enfoque diferenciado de temas, subregiones y países. El enfoque de la guerra fría o de la guerra contra el terror […] da paso a una visión matizada que trata de dar cuenta de la diversidad y complejidad” (La Nación, 27/3/09).

El Embajador de Estados Unidos, Sr. Peter Cianchette, quiso poner en relieve la cooperación bilateral y regional de su país con respecto al narcotráfico y la seguridad. En el primer nivel, destaca el acuerdo marítimo que logró decomisar 22 toneladas de cocaína en el 2008. En el segundo, recuerda los alcances de la Iniciativa Mérida, que pretende afrontar el tráfico de narcóticos y el crimen organizado (La Nación, 23/04/09). En la misma temática se publicó una entrevista con Thomas Shannon, el subsecretario para el hemisferio occidental (Departamento de Estado, EU), en la cual destaca que para que funcione le Plan Mérida es necesaria la intervención de Venezuela. Asimismo se ha buscado una ampliación para incidir más en el Caribe (La Nación, 3/04/09).

También merece la pena reseñar que el afamado columnista Thomas Friedman dedicó una de sus columnas a las políticas públicas ambientales de Costa Rica. Destaca que nuestro país ha insistido en estrategias holísticas entre crecimiento económico y ambientalismo. Además analiza la influencia que tiene el Ministro de Ambiente en la toma de decisiones cuando sus resultados afecten el medio ambiente (New York Times, 11/4/09).