Análisis semanal 238: El Acuerdo de París de frente a los inminentes efectos del cambio climático (29 de octubre de 2018)

Año: 
2018

 

En diciembre del 2015, 195 países del mundo empezaron a formar parte del Acuerdo de París (prácticamente todos los países a excepción de Siria y Nicaragua), para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y así evitar el aumento de la temperatura en el planeta. En su segundo artículo, su texto señala que el Acuerdo “tiene por objetivo reforzar la respuesta mundial a la amenaza del cambio climático, en el contexto del desarrollo sostenible y de los esfuerzos por erradicar la pobreza”. Los países suscritos al Acuerdo han dispuesto metas que suponen alcanzar para coadyuvar a la disminución de los gases del efecto invernadero, y al desarrollo sostenible del planeta.

Los efectos del cambio climático, son ya bien conocidos. De manera tal que el calentamiento global, provocará – entre muchas otras cosas – más ondas de calor,  tormentas más abundantes y de mayor gravedad y niveles más altos en los océanos (New York Times; 2017). Esto, naturalmente traería consigo consecuencias cuantiosas para los países para hacerle frente a las adversidades del cambio climático. Por ejemplo, se pronostica un aumento en las enfermedades de las personas, escasez de recursos naturales, la pérdida de distintas especies de flora y fauna, un decrecimiento en las economías de los Estados, una disminución sustancial en la calidad de vida de la población, sequías, inundaciones y muchas otras.

Recientemente, el Panel Intergubernamental de expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas, presentó el pasado 8 de octubre un informe, en el que se prevé que las temperaturas aumenten 1,5°C entre los años 2030 y 2052, si la tendencia del calentamiento global continúa avanzando a su ritmo actual. El informe, señala que existen variaciones sustanciales entre un aumento de un 1,5°C sobre niveles preindustriales, y uno de 2°C (EuropaPress; 2018). Entre ellas:

  • Con un aumento de 1,5 °C, el nivel del mar sería 10 cm inferior, que con uno de 2°C.
  • Si el aumento en las temperaturas es de un 1,5°C, en vez de uno de 2°C, la probabilidad de que el Ártico se quede sin hielo en verano, sería de una vez por siglo, en lugar de una vez por cada decenio.
  • Los arrecifes de coral, disminuirían entre un 70% y un 90% con 1,5°C, mientras que con 2°C, todos estos desaparecerían.

Todo lo anterior, sucedería si no ha mitigado el aumento de la temperatura antes del año 2050. Esto ha provocado que el Acuerdo de París, sus integrantes, los compromisos ahí suscritos, y la relevancia de que los avances ya no sean ni incipientes, ni paulatinos se haga hoy relevante. Este informe, ha dimensionado, y vuelto tangible el inminente peligro del cambio climático. El compromiso por el desarrollo sostenible no es exclusivo a los países que generan una mayor cantidad de gases del efecto invernadero, ni es ajeno a los pequeños. Algunos de los primeros, son Estados que además de generar una gran cantidad de emisiones, son también algunos de los más grandes cooperantes.

En tal sentido, la administración de Barack Obama prometió reducir sus emisiones de gases del efecto invernadero (de un 26% a 28%), mientras que con Donald Trump se estima que estos porcentajes rondarán solamente entre un 15% y 19% (The New York Times, 2018). La reticencia del estado norteamericano (segundo país en generación de emisiones contaminantes, junto con China, India, Rusia y Japón) en cuanto a adoptar prácticas que contribuyan a reducir el cambio climático, posee un amplio impacto sobre el mundo. A pesar de que el Acuerdo de París – a diferencia del Protocolo de Kyoto – no sea de carácter vinculante, genera cuando mínimo el establecimiento de compromisos, plazos y metas de los Estados para el cumplimiento de sus objetivos. Actualmente existen más de 1200 leyes alrededor del mundo en cuanto a leyes relativas al cambio climático, un aumento considerable con respecto al año 1997, en el que tan solo habían alrededor de 60 (Grantham Research Institute; 2018).

Todo lo anterior, hace que el Acuerdo de París cobre mayor relevancia ante los prontos e inmediatos efectos del cambio climático. Los países pequeños, deben crear estrategias de resilencia, ya que estos, no son los principales emisores de gases del efecto invernadero; los grandes – y según sus capacidades – aportar no solo reduciendo sus emisiones y contaminación, pero también a través de la cooperación técnica y financiera que puedan brindar a otros Estados que busquen hacer lo mismo. La salida de los Estados Unidos al Acuerdo de París, no debe ser un desincentivo para la lucha de los demás países contra el cambio climático, sino más bien una motivación para estos visualicen su relevancia, y tomen acciones responsables, coherentes y sustentables que renueven sus compromisos con el Acuerdo de París.

Referencias bibliográficas

Plumer, B. (1 de junio de 2017). ¿Qué es el Acuerdo de París? The New York Times. Recuperado de: https://www.nytimes.com/es/2017/06/01/que-es-el-acuerdo-de-paris/

Gillis, J. (31 d-e mayo de 2017). El cambio climático (literalmente) nos quitará el sueño. The New York Times. Recuperado de: https://www.nytimes.com/es/2017/05/31/el-cambio-climatico-literalmente-nos-quitara-el-sueno/

Nachmany, M, Fanhauser, S & Setzer, J. (2017). Global trends in climate change legislation and litigation. Grantham Research Institute on Climate Change and the Environment. Recuperado de: http://www.lse.ac.uk/GranthamInstitute/wp-content/uploads/2017/04/Global-trends-in-climate-change-legislation-and-litigation-WEB.pdf

SA. (8 de octubre del 2018). Los expertos de la ONU piden implementar medidas “sin precedentes” para evitar “daños irreparables” del cambio climático. Europa Press. Recuperado de: https://www.europapress.es/internacional/noticia-ipcc-insta-implementar-medidas-precedentes-evitar-danos-irreparables-cambio-climatico-20181008064128.html