Análisis semanal 196: América Latina: Los Muros de Trump son Puentes para China (23 de febrero de 2018)

Año: 
2018
Autor(es): 

 

Al cumplirse el primer aniversario de la administración Trump, la influencia estadounidense sobre América Latina es más débil que nunca, sin mencionar la baja popularidad del mandatario norteamericano. Según el Latinobarómetro 2017 (1), Trump es el doble de impopular en comparación con el exmandatario George W. Bush en su primer año de mandato. Incluso antes de ser electo, las constantes declaraciones de Donald Trump, cargadas de xenofobia contra inmigrantes -especialmente contra México-, provocaron el rechazo internacional por parte de varias naciones latinoamericanas. Una vez instalado en la Casa Blanca, el ya presidente lejos de moderar su discurso recientemente catalogó como “Shithole” (2) a varios países incluyendo el Salvador y Haití.

En materia de política internacional, la retirada estadounidense del Acuerdo de París contra el cambio climático y del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), así como sus nuevas políticas comerciales proteccionistas, le han restado liderazgo regional y mundial a Washington. Como si esto fuera poco, “Trump ha implementado una agenda negativa hacia América Latina: oponiéndose al comercio, inmigración, acuerdos medioambientales y cortando fondos de ayudas, sin ofrecer ningún plan constructivo para mejorar los lazos con la región” (3).

Este vacío dejado por los Estados Unidos está siendo aprovechado por Beijing quien ha incrementado su influencia en la región de manera exponencial en la última década. Ciertamente, la presencia China en América Latina empezó mucho antes de que Trump llegara al poder, sin embargo, la indiferencia de la actual administración estadounidense se ha convertido en un regalo para China quien está aprovechando la coyuntura actual para incrementar su presencia en Latinoamerica sin mayor obstaculo.

Hasta ahora, Trump no ha visitado ninguna nación Latinoamérica y no muestra ningún interés en hacerlo. Y aunque el mandatario tiene agendada su participación en la VIII Cumbre de las Américas -la reunión de presidentes más importante del continente- que se llevará a cabo en Perú, así como para la Cumbre del G-20 en Argentina, su asistencia no está del todo asegurada. De manera similiar, México fue la única nación latinoamericana visitada por el Secretario de Estado Rex Tillerson en el 2017. Con respecto al 2018, Tillerson acaba de concluir una rápida gira por latinoamerica que incluyó Mexico, Argentina, Peru, Colombia y Jamaica donde la seguridad y la situacion en Venezuela fueron los ejes centrales sin mayor avance o propuestas en otras áreas (4).

En comparación con lo anterior, Xi Jinping ha realizado tres giras por Latinoamérica abarcando un total de diez países (Trinidad & Tobago, Costa Rica, Mexico, Brasil, Argentina, Venezuela, Cuba, Ecuador, Peru, Chile). Además, Wang Yi -canciller chino- recientemente asistió al Segundo Foro Ministerial China-CELAC en Santiago de Chile -el primer foro se llevó acabo en Beijing en el 2015- donde se reunió con sus homólogos y con directores de importantes organismos regionales como la CEPAL y el Banco Interamericano de Desarrollo, etc (5).

Algunos de los resultados del foro fueron la Declaración de Santiago (6), la Declaración Especial sobre BRI (Belt & Road Initiative), y el Plan de Acción Conjunta China-CELAC 2019-2021. Además, Wang Yi reafirmó la voluntad de China para trabajar conjuntamente en proyectos bajo el marco “1+3+6” -marco para la cooperación expuesto por Xi Jinping en Brasil en el 2014- donde 1 representa el Plan para la Cooperación entre los Países China-CELAC 2015-2019, el 3 simboliza el comercio, inversión y financiamiento. Y el 6 prioriza la cooperación en energía y recursos, infraestructura, agricultura, manufactura, ciencia y tecnología, innovación y tecnológicas de la información (7). Finalmente, el canciller chino aprovechó la ocasión para invitar a los países presentes a unirse al BRI (8, 9).

Irónicamente, mientras la nueva administración estadounidense se muestra reacia al libre comercio e inversión, así como en contra de la apertura de nuevos mercados, China es la nación que ha salido en defensa del libre mercado, la globalización, y la cooperación internacional como lo demuestran sus últimas participaciones en foros internacionales. Esto ha provocado que muchas naciones miren a Beijing como una alternativa; y América Latina no es la excepción. Esto también tiene un efecto en el imaginario colectivo latinoamericano y su percepción sobre las potencias mundiales. Según el Latinobarómetro 2017, actualmente los latinoamericanos perciben a China, la UE y los EEUU de manera similar después de que Estados Unidos descendiera posteriormente de haber mantenido una percepción positiva superior, además la UE así como China han venido recuperado sus imágenes positivas en la región.

La base de la relación China-Latinoamérica ha sido el comercio donde China se convirtió en el primer o segundo socio de mayor importancia de muchas naciones latinoamericanas. Además, China también se ha posicionado como fuente de financiamiento e inversión extranjera directa mediante préstamos multimillonarios, proyectos conjuntos e inversión (pública y privada) -especialmente en áreas como la infraestructura y extracción de recursos-. En menor medida y de manera más discreta las relaciones militares también han aumentado principalmente en cuanto a la venta y compra de armas, así como la cooperación (10); asimismo, Wang Yi mencionó el combate al narcotráfico y la ciber seguridad como nuevas áreas donde China y Latinoamérica podrían cooperar en el futuro.

Efectivamente la situación actual en los Estados Unidos, así como las crisis en Europa facilitan que América Latina mire a China como la mejor alternativa, además de los obvios atractivos chinos como poseer el mercado más grande del mundo, un rápido crecimiento económico, y atrayentes proyectos de cooperación y financiamiento. Sin embargo, los lideres latinoamericanos deben recordar que la dependencia ha sido un problema crónico en Latinoamérica y aunque la necesidad de cooperación, inversión y comercio es clara, la mejor opción para evitar posibles crisis es la diversificación.

Notas

8. Diaz C, I. (2015). “One Belt & One Road: Between Cooperation and Geopolitics in the Silk Road”. Contacto Global. Vol. 6. Pp. 18-25.